Arroz sin leche

Sus productores se quejan de la importación; es uno de sus tantos problemas.

 

Por Nelson Peñaherrera Castillo

 


CIUDAD DE PIURA –
En un chifa cercano a la Plazuela merino, nuestro productor gráfico y yo cenamos. Yo pido mi favorito: chancho con tamarindo; el, un chaufa, que no es otra cosa que arroz graneado al que se le echó un huevo, se le sazonó con salsa de soya (soja), también conocida como sillao, y se le acompañó con cubitos sancochados de carne de res o pollo.

 

El chifa es una de las fusiones culinarias más celebradas de la gastronomía peruana. Se trata de las técnicas de cocina importadas principalmente de la región de Cantón, China, con los productos traídos por los españoles a inicios del siglo XVI, y que lograron adaptarse a las tierras y el clima del Perú.

 

Este tipo de comida apenas tiene un siglo de existencia cuando inmigrantes chinos la iniciaron aquí, conforme eran reclutados para trabajar en condiciones de esclavitud principalmente en los cañaverales de Lambayeque y La Libertad.  El chifa no es barato. Un plato en un restaurante que se respete –como el que nos recomendaron-, no baja de los tres dólares.                                  

 

El chaufa de nuestro productor no es el único platillo que tiene al arroz como ingrediente básico. Casi toda la comida peruana lo emplea, sólo que en su variedad criolla cada porción, en un restaurante de similar calidad, puede conseguirse a mitad de precio. Lo que quizás su chaufa no podrá prometer es que se trate de la técnica china con ingredientes peruanos ya que la mayor parte del arroz que se consume en el país proviene, irónicamente, del Lejano Oriente.

 


Hasta en la Conchinchina

La Asociación Peruana de Productores de Arroz (APEAR), citada por el Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), “informó que las importaciones” del grano “en el periodo enero a mayo de 2011 alcanzaron las 54 mil TM” (toneladas métricas). Esto significa un 93 por ciento más de lo que ingresó en 2010.  Fuentes de FACTORTIERRA señalan que el Perú importa arroz desde Vietnam y Tailandia, y se esperaba que China envíe contenedores del cereal a través del Pacífico.

 

La referencia de CEPES  señala que la consecuencia inmediata es una caída del precio del producto nacional, especialmente en el norte; y ¿cuál es la solución que ofrece LA APEAR? Javier Zamudio, de esa agrupación, dijo que seguirán sembrando las 350 mil hectáreas que hay en todo el país con tal de abastecer nuestro mercado, y hasta exportar. Mas, si el arroz importado inunda el Perú, ¿por qué mantener el área de siembra?  El representante de los arroceros no nos ha respondido.

 

Perú no es el único país que importa arroz desde asia; Colombia también lo hace y los efectos sobre su producción local son los mismos. La razón es el precio, mucho menor de lo que costaría comprar las cosechas nacionales, aunque la calidad, a decir de ciertos paladares deja mucho que desear.

 

La APEAR ha establecido que el precio neto de una tonelada de arroz importado es de 650 dólares, pero los intermediarios la venden por casi el doble. No hay cifras actualizadas del arroz pilado nacional. No obstante en 2010, anduvo entre los mil 500 y dos mil dólares por tonelada, basándonos en los costos de los molinos, y la diferencia explica por qué los productores nacionales están ofuscados.  En otras palabras, con todo y ganancia de los intermediarios, el arroz nacional sale al mercado en desventaja, y casi siempre se sacrifica calidad por precio.

 


¿Cadena productiva?

Sin contar la tierra, producir una hectárea de arroz, por lo menos en Piura, cuesta entre mil a mil 500 dólares dependiendo del manejo que se le dé.  En promedio, esa superficie puede soltar entre diez a doce toneladas de cosecha.

 

Para ese momento, la rentabilidad en la misma extensión puede ser el doble o el triple, siempre y cuando ya se tenga un comprador fijo, incluso cuando se siembra. Usualmente, los compradores del arroz piurano son molinos ubicados a la entrada de Chiclayo, Lambayeque, que financian toda la producción a cambio de que el pilado se haga en sus instalaciones, por lo que trata a los agricultores como sujetos de crédito.

 

Los molinos recuperan su inversión con la venta del arroz, de cuyas ganancias el agricultor tiene acceso a un pequeño porcentaje. De hecho, un productor en el mejor de los casos recibe hasta 150 dólares por tonelada de arroz cáscara, es decir, recién cosechado.

 

Sólo los grandes productores pueden financiar la campaña, especialmente si son dueños de la tierra; y en los valles piuranos, donde el minifundio es una constante, otros son quienes se llevan la mayor tajada.  Personas, principalmente de la ciudad, cubren todos los costos de producción. Como el agricultor pone el espacio, las ganancias se reparten por igual. Otra opción es alquilar la tierra, que a los propietarios ofrece un ingreso fijo mensual sin necesidad de arar, sembrar, cuidar y cosechar.

 

Sobre este, hay un modelo mixto como el aplicado por los llamados Chotanos en el Valle de San Lorenzo, quienes son dueños y alquilan grandes extensiones para obtener el cereal, lo que les da una gran ventaja competitiva: el control del precio.

 


Verde que no te quiero tan verde

La productividad de los arrozales es inversamente proporcional a la salud de la tierra. Varios especialistas coinciden que este cultivo es uno de los que más agua y fertilizantes sintéticos emplea, generando a la larga suelos con altos niveles de salinidad, y, por consiguiente, estériles.

 

En la Escuela de Agronomía de la Universidad Nacional de Piura, expertos consultados por FACTORTIERRA dijeron que los agricultores gastan más agua de la que necesitan pues creen que debe estar permanentemente inundado, o húmedo, al menos. “El problema del arroz es que no se le da buen manejo”, nos señalaron.

 

Las autoridades de Salud también miran con recelo a las áreas sembradas pues el agua estancada es criadero del mosquito de la malaria, de la que Piura es una zona endémica., aunque especifican que el número de casos reportados ha venido disminuyendo en los últimos años.

 


Con ustedes, el cianuro

El otro efecto ‘colateral’  es el daño que los agroquímicos causan en el ser humano cuando no los manipula correctamente, y que al menos en el Alto Chira producían, hasta marzo de 2010, una emergencia mensual, según información recogida por FACTORTIERRA en los puestos de salud.

 

Aunque los agroquímicos tienen compuestos de origen orgánico, mezclados y usados incorrectamente son letales, en particular los cianogenados (integrados por carbono y nitrógeno), que favorecen la aparición de cianuro. Un informe publicado en julio de 2011 por la Dirección de salud Ambiental, citado por el Gobierno Regional de Piura, establece que el río Chira registra cuatro miligramos de la sustancia por cada litro de agua.

 

Oficialmente, se ha declarado que esto no constituye contaminación; pero, médicos y agrónomos consultados por FACTORTIERRA han expresado su alarma por la cantidad. Javier Zamudio, de la APEAR, afirmó que el Chira es el valle donde se cultiva más arroz dentro de Piura.

 

El sospechoso común de la presencia de cianuro es la minería informal; sin embargo, el informe de Salud no señala la fuente. Al respecto, pedimos una reacción a Zamudio sobre este tema, pero no nos ha respondido; mas bien, ha lanzado una alerta por la posible aparición del gorgojo Khapra.

 

Según dijo a los medios, ha advertido sobre su presencia a las autoridades de Agricultura, y responsabilizado al Servicio Nacional de Sanidad Agraria por su posible infestación.  La plaga en cuestión es originaria de la India, y fuentes de FACTORTIERRA han establecido que fue detectada en cargamentos de arroz en Perú, en 2005.

 


¡Es trans!

Además del arroz importado, del que no se habla mucho –o no se habla- es del transgénico. Según el ingeniero agrónomo Manuel Castillo, residente en el Valle de San Lorenzo, puede generar una cosecha de hasta 18 toneladas por hectárea, “pero todavía no ha llegado al Perú”.  Castillo sugirió que la mejora del arroz aún debe depender de los métodos de cruzamiento natural “en la chacra”; aunque ni siquiera él puede descartar que ya se puedan lograr variedades de mayor eficiencia en laboratorio.

 

El Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), que depende del Ministerio de Agricultura, ha emprendido una campaña frontal a favor de la presencia de transgénicos en territorio peruano, que  lo hizo chocar contra el Ministerio del Ambiente, que propuso la moratoria a su ingreso durante la administración del ex presidente Alan García. Paradójicamente, el INIA ha venido desarrollando variedades de arroz mediante cruzamientos naturales, que, entre otros, exhibe en su centro ubicado en Mallares, Sullana.

 

¿Cuán efectivas son sus variedades en campo? No hay información independiente al respecto, pero desde 1990, agricultores arroceros han visto garantizada su cosecha debido a estos cruces, y hasta han triplicado la producción nacional.

 

El problema sigue siendo el uso de agua y sintéticos que ha puesto en vilo a las Juntas de Usuarios de la región, especialmente a inicios de 2011 cuando las lluvias de verano no se presentaron; en algunos casos, se dejó de instalar el cultivo. Los arroceros tampoco han ofrecido alternativas de contingencia, excepto seguir sembrando, y, eventualmente, sembrando más.

 

Mientras tanto, el grano importado siguió ingresando al país, y se temía por la caída del precio del producto nacional pilado. A eso se agrega que el arroz es la base de la dieta peruana. A pesar de los esfuerzos de nutricionistas y médicos, no se le ha podido suplantar por alternativas más baratas y nutritivas como el maíz o las menestras, como lo ha sugerido Agro Noticias.

 

Terminamos la cena en el chifa del centro de Piura, pagamos casi ocho dólares por cabeza, y creo entender por qué el gato chino de la buena suerte nunca deja de mover la patita.

 

Con informes de Roberto Saavedra en Chulucanas y Carlos Talledo en Las Lomas. © 2011 por la Asociación Civil Factor Tierra. Todos los derechos reservados. Comenta en la caja debajo o en nuestras cuentas de Facebook y Twitter. ¿Quieres conocer los lugares citados en esta historia? Escríbenos a factortierra@gmail.com para más información.

  

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