Palo Blanco mejora su oferta
La misma comunidad que protege su bosque y exporta cacao ahora nos presenta tradición oral, turismo rural y chocolate orgánico.
Por
Marco Flores Acho, Marco Paulini
Espinoza y Nelson
Peñaherrera Castillo Fotos por
Marco Flores Acho y Marco Paulini Espinoza.
CHULUCANAS, Piura - La noche que Miguel Rivera estaba vigilando su propiedad en el caserío Palo Blanco notó que dos pequeñas luces aparecían a la altura de la cerca. Un primo suyo, quien lo acompañaba, supuso que se trataba de personas caminando por la ruta de arrieros que va en paralelo al curso superior del río Yapatera, y así se lo hizo saber.
Cuando Rivera dio voces para identificar a quienes portaban las luces, no tuvo respuesta; entonces, disparó al aire en modo disuasivo. Las luces se detuvieron. Suponiendo que quienes avanzaban habían entendido el mensaje, trató de contactarles para averiguar quiénes eran. Fue cuando las luces comenzaron a aproximarse hacia su primo y él. Lo raro era que mientras los puntos luminosos se acercaban, no se oían pasos de sus portadores.
Temiendo algún asalto, Rivera les disparó directamente, y ambas luces se separaron en direcciones opuestas a la velocidad de un parpadeo. Los dos varones se asustaron porque, aún corriendo, el terreno en pendiente es algo agreste, por lo que avanzar velozmente en medio de la oscuridad hubiera sido complicado.
Cuando creyeron haberse deshecho de la posible amenaza, las dos luces los rodearon, y entonces se dieron cuenta que nadie las portaba, que flotaban en el aire. Reconociendo el prodigio, el campesino guardó su arma: "Maldición, animita, ¿qué car**o querrás conmigo?"
Entonces la luz que se encontraba enfrente suyo comenzó a alejársele con lentitud. Superando el miedo, ambos hombres la siguieron hasta que se internó en un matorral. Rivera movió los arbustos tratando de atraparla, pero ésta se sumergió en la tierra. La otra se le había perdido de la vista, aunque su primo aseguraba que aún estaba allí, junto a ellos.
"Creo que querían indicarnos un entierro de oro", explica ahora junto a la fogata una noche de sábado, muy cerca de donde el incidente habría ocurrido. "Los antiguos tenían la costumbre de enterrar a sus muertos con un montón de riquezas", acota.
Y puede que su explicación no sea descabellada del todo. De hecho, varios restos de orfebrería rescatados para la investigación arqueológica se hallaron en entierros masivos a lo largo de los cerros que rodean a Chulucanas, la capital de la provincia Morropón, y que se extiende incluso hasta el vecino distrito Frías (Ayabaca).
"Esas luces indican entierros de oro", insiste Miguel Rivera, quien también ha visto cómo una de ellas parece sobrevolar unos 45 km desde el cerro Callingará, en Frías, hasta el cerro Pilán, en La Matanza, dos puntos en los que se asegura hay actividad OVNI, lo que es consistente con avistamientos hechos desde Tunal, en Sapillica, donde hay petroglifos en medio de un cementerio católico, tal como lo contamos en FACTORTIERRA en noviembre de 2016.
Uno de tantos petroglifos
Ladera arriba de donde Miguel Rivera asegura se produjo su experiencia, y en medio de un pequeño bosque está la Piedra Marcada, una enorme roca de un metro cúbico aproximadamente, que tiene esculpidos los mismos trazos en bajo relieve que hemos hallado en Tambogrande y Sapillica.
Hay de dos tipos: los superiores son marcadamente curvos y los inferiores son líneas zigzag, lo que para el arqueólogo colaborador de FACTORTIERRA, Daniel Dávila Manrique, significa que pudieron haber sido tallados en momentos distintos hace 3200 a 4000 años: "Los curvos son arqueológicamente más recientes, y los rectos y quebrados pueden ser más antiguos, de origen amazónico quizás".
La Piedra Marcada está a 230 metros de altitud, muy cerca del río yapatera, y parece hacer un eje imaginario o seq'e con otros dos cerros que se extienden al oeste, en la llanura donde se ubica yapatera, 4 km al norte de la ciudad de Chulucanas, de la que estamos a unos 20 km al noreste, de acuerdo al aparato GPS que llevamos.
Aunque el petroglifo parece estar orientado hacia esos cerros, dirigentes de Palo Blanco cuentan que inicialmente miraba al cielo, como el de Tunal, en sapillica. La ambición por encontrar un supuesto entierro de oro, hizo que la gente excavara su lado occidental, y la roca terminó girando 90 grados.
Tras ella, hay otras rocas más pequeñas que parecen alineársele, como marcando un camino que proyecta otro seq'e hacia el bosque del cerro Palo Blanco, actualmente un área privada de conservación, y donde Víctor Chamba, uno de los dirigentes de la comunidad César Vallejo, a la que pertenece el sector, asegura que tiene otros tres o cuatro petroglifos.
Ninguno de ellos ha sido estudiado por la arqueología, aunque sí han sido objeto de ofrenda y hasta depredación. La buena noticia es que los trazos sobre la roca están en buen estado de conservación.
La gente de Palo Blanco les atribuye un origen incaico, pero el gran imperio del Tahuantinsuyo comenzó a gestarse hace 900 años, lo que descartaría esa posibilidad: "Nos gustaría que vengan a estudiarlos para aprender más", comenta Chamba, quien hace dos años también recibió al equipo de biólogos que sustentó la viabilidad del bosque seco que ahora está bajo protección comunal, aprobada por el Gobierno regional de Piura.
Chamba y otros dirigentes
también dijeron a FACTORTIERRA que les gustaría mostrar este atractivo a
quienes deseen conocerlo, aunque aún no tienen elaborado un proyecto de turismo
rural en principio; sin embargo, hay experiencias aisladas que parecen haber
resultado exitosas.
Stanley Rivera recuerda que
hace unos años, un grupo de gringos en camino hacia Frías descubrió en el vecino
caserío de Platanal, una casa donde se ofrecía queso de vaca. Lo que parecía ser una simple
operación de compra y venta por unos minutos se convirtió en una conversación
por horas con los dueños de casa acerca del proceso, la calidad de la leche y el
mercado: los visitantes terminaron quedándose tres días alojados en aquella
vivienda, haciendo su propio queso y disfrutando del lugar.
Gracias a un permiso del
actual presidente de la comunidad César Vallejo, César Patiño, y la supervisión
del comité local de Rondas campesinas, nuestro equipo experimentó acampar cerca
al río Yapatera junto al viejo camino de arrieros que conectaba Chulucanas con
Pacaipampa, lo que resultó una experiencia divertida y aleccionadora, en tanto
pone a prueba la solidaridad y el trabajo en equipo.
Hay mucho potencial para el
deporte de aventura, en especial el ciclismo de montaña, el trekking y la
escalada. Miguel Rivera mismo cuenta que
alojó a un budista practicante, quien no comió nada de carne -que forma gran
parte de la dieta local-, pero en cambio halló decenas de lugares para meditar:
"Decía que los árboles, las piedras, el cerro están llenos de energía porque por
ahí estuvieron nuestros antepasados".
en efecto, se supone que éste
fue el escenario donde la cultura
Vicús se desarrolló durante un milenio antes y otro después de Cristo,
hasta que fue absorbida por el Imperio Chimú, casi al mismo tiempo que se daba
la consolidación inicial de los incas.
Pero si el pasado histórico
aún pendiente de exploración, la ecología de su área protegida (el potencial
ornitológico de su bosque es interesante para quienes se dedican a la
observación de aves) o sus tradiciones orales llenas de luces, fantasmas y
entierros no son suficientes, cabría indicar que el propio Miguel Rivera se
dedica a la apicultura, aunque su volumen de producción es pequeño; sin embargo,
su mayor atractivo es la pureza de su miel y su inocuidad en tanto puede
garantizar que es orgánica. Toda la zona se dedica a este tipo de agricultura, y
éso explicaría esa cualidad.
De hecho,
Mientras cenamos unas enormes tortillas de harina de trigo preparadas por la esposa de Stanley Rivera, nos enteramos que la producción frutícola local incluye a la mandarina, la lima, el mango ciruelo (taperibá), el mango y lacarambola. Hasta hace unos años se cultivaba palta (aguacate), pero un buen día comenzó a decaer y diezmar.
las familias que producen queso de vaca obtienen el suero de leche como subproducto, el que mayormente dedican para la crianza de sus animales. Algunos toman el excedente, pero no saben cómo deshacerse de lo que ya no consumen, cuando en la cercana Chulucanas tienen un mercado creciente en el segmento de aficionados al fisicoculturismo y el fitness.
Por si eso fuera poco, frutas,
cacao y leche son ahora aprovechados por la Asociación de
Mujeres Emprendedoras de Palo Blanco, quienes tienen una pequeña planta en
la que transforman toda esa materia prima en barras de chocolate para comer y
beber, chocotejas, bombones y hasta licor de cacao.
Según su presidenta, Daisy
Montalbán, a pesar de que todo el proceso de elaboración está debidamente
implementado, no les permite producir volumen, el que también ofrece como
ventajas competitivas su inocuidad y pureza. Uno de sus puntos críticos es
que el gusto piurano y el gusto internacional son muy diferentes. Así mientras
la gente local gusta el sabor dulce del chocolate, el internacional lo prefiere
con su amargo natural.
"Para garantizar que el
producto sea ciento por ciento orgánico, lo endulzamos con panela granulada de
caña de azúcar", explica Montalbán. Su proveedor más cercano de
Otra de las características que las mujeres esperan incorporar es el sabor a fresa, para lo que experimentarán si el cultivo es capaz de adaptarse al suelo franco-arcilloso de Palo Blanco. Por ahora, sus dos problemas claves a resolver son el suministro de cacao para incrementar la producción, y cuando ésto suceda, tener maquinaria con mayor capacidad que les permita cumplir con sus lotes para venta en la quinta o sexta parte del tiempo que ahora emplean.
Sin embargo, FACTORTIERRA conoció que su suministro de cacao está condicionado por la cantidad de
excedentes de la producción exportable; es decir, solo se les proporciona lo que
no sale a mercado internacional, lo que no significa que sea de menor
calidad.
En líneas generales, los
dirigentes de Palo Blanco reconocen que aunque sus productos son de calidad, que
los precios son asequibles a la mayor parte de público, que sus mercados
comienzan a interesarse en lo que hacen (una vez que lo conocen), su problema
común es la publicidad.
El otro problema es la baja
conectividad celular, no por falta de aparatos sino de señal, que, por ejemplo,
les hace complicado estar en contacto con sus potenciales compradores o
visitantes, quienes por otro lado solo pueden esperar a ubicarse en puntos
específicos para compartir sus experiencias mediante las redes
inalámbricas.
Su contacto con gente de otros
lugares del mundo les ha convencido del poder de las redes sociales, pero ahora
están apuntando a los medios de comunicación peruanos para que les ayuden a
difundir a nivel nacional todo lo que tienen, lo que están descubriendo y lo
que están logrando.
Y estando a solo 17 km al
noreste de Chulucanas, en una carretera estratégica (que se haría más atractiva
si se asfaltara), y con una alta identidad y un hábil espíritu emprendedor, ¿por
qué no podrían ser un gran atractivo para el comercio y el turismo
sustentables? Más que promesas, en Palo
Blanco hay que trabajar con un activo más fuerte: su eficaz modelo de
desarrollo.
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Gracias amigos de Factortierra, por hacer un post de mi Palo Blanco, un pueblo con gran potencial. El problema más grande es la diferencia y divisionismo, siempre hay trifulcas entre la parte baja y alta. Nunca se ponen de acuerdo. Palo Blanco, tiene mucho que ofrecer, ojala hayan visitados los cerros. Soy científico y escritor, he investigado por algunos años el origen, costumbres perdidas, personajes, anécdotas de mi Palo Blanco, para publicar mi siguiente libro, que ahora sigue en proceso de escritura. Saludos.
ResponderBorrarEs natural que los pueblos tengan sus desacuerdos y el reto está en cómo construir una agenda conjunta de desarrollo a pesar de esas diferencias. Hasta el momento no hemos podido internarnos en los cerros, pero sí nos encantaría. Y sobre el libro y sus investigaciones, si desea, podemos publicar resúmenes ilustrados aquí. Todo lo que nos permita ampliar el conocimiento sobre quiénes somos y en qué entornos nos desarrollamos es bienvenido. Escríbanos a factortierra@gmail.com para coordinarlo.
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