Sabor a miel

Una nueva perspectiva para un viejo símbolo mexicano.

 


HUANCABAMBA, Piura –
El caserío de Laumache, ubicado al noroeste de esta capital andina,iba a iniciar la comercialización de jarabe de agave, llamado localmente miel de méjico. Este primo de la sábila, pero de mayor tamaño, es mejor conocido a nivel mundial por ser el origen del aguardiente más representativo  de México: el tequila.

 

Aunque Laumache parece no querer complementar la oferta de bebidas espirituosas del valle de Huancabamba, encabezado por el licor de capulí y seguido por el de sauco y el cañazo,intentaba abrirse paso en el mercado melífero. La competencia aquí es harina –mejor dicho, azúcar-  de otro costal, puesto que la mayor parte se desarrolla en la costa, gracias a las grandes extensiones de bosque seco, donde las abejas se encargan de proporcionar el dorado y coloide dulce.

 

Por varios años, el ejemplo de mediana industria con participación comunal ha sido Santa María de Locuto, en la margen izquierda del río Piura, frente a la ciudad de Tambogrande. Santa María logró colocar sus productos en el circuito de supermercados de Piura, la capital departamental, y Lima, la capital del Perú. Hasta se ha lanzado al extranjero a manera de recuerdo, pues es un punto de visita para turistas internacionales en una suerte de circuito informal.

 

La oferta de Santa María también incluye la amplia línea de productos alimenticios a base de la algarroba. Sin embargo, su problema es la fluctuación del clima. La temperatura estimula la floración, y ahí está la materia prima de las abejas, que, bajo condiciones templadas, producen una de las mieles más apreciadas en todo el Perú.

 

El frío no estimula la floración; por ende, toda la cadena de valor se rompe, afectando al ser humano, quien se halla al final de la misma. Aparentemente, el agave no es tan susceptible a las variaciones climáticas. Crece sin problemas en la ecorregión yunga, es decir, entre los 500 y 2500 metros de altitud (Laumache está sobre los 2000), y a diferencia del proceso dependiente de las abejas, la planta hace todo el trabajo.

 

Parece que la competencia es similar hasta que reparamos en un detalle geográfico. Para sacar el jarabe desde Laumache, habrá que viajar de media a una hora por carretera hasta Huancabamba, y de ahhí, las seis horas hasta Piura, siempre y cuando no esté lloviendo.  La producción de Santa María toma menos de una hora en llegar hasta Piura.

 


Impulso municipal

Los emprendedores de Laumache estaban recibiendo apoyo de la Municipalidad de Huancabamba, tal como lo anunciaron a la prensa. La municipalidad, mientras tanto, habilitó la carretera hasta la ciudad de Huancabamba, que reemplazó la ruta tortuosa que antes tenían. FACTORTIERRA quiso conocer cuál sería el aporte restante del gobierno local, pero la entrevista con la Oficina de Turismo, que se encargaba del proyecto, no se pudo concretar.

 

Sin embargo, Huancabamba estaba iniciando otro emprendimiento aparte: un ambicioso plan de promoción que, incluso, la llevó a ocupar una sala del Museo de la Nación en Lima, por casi un mes y medio. Entre junio y julio de 2013, la probincia andina brilló con luz propia gracias a uno de los patrimonios naturales clave de Piura: las lagunas Huarinjas. Y mientras tanto, ¿con qué servimos la miel de Méjico?

 

Liliana Alzamora en Tambogrande y Luis Zevallos en Chiclayo colaboraron con este informe. © 2013 Asociación Civil Factor Tierra. Todos los derechos reservados.

 

 

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