Importancia de las aves en el valle del Chira.

Texto y fotos por Kevin Jiménez González

 



SULLANA, Piura –
El valle del Chira es un área de importancia cultural: existen evidencias arqueológicas que así lo dan a conocer. Su importancia prehispánica es refrendada en crónicas españolas como las de Agustín de Zárate y Pedro Cieza de León. Sus recursos naturales son abundantes destacando las aves. No es casualidad que Baltasar Martínez de Compañón, quien creó El Príncipe- actual ciudad de Sullana-, plasmara hace dos siglos un tomo de acuarelas dedicado a las aves al recorrer el norte del Perú y sobre todo al recorrer el valle del Chira.

 

Las aves están en todo el mundo, poseen diversidad de colores, tamaños, cantos, plumas, tipos de vuelos; y, sobre todo, se encuentran en el imaginario cultural del ser humano. Un ejemplo es el cóndor andino (Vultur gryphus), ser que lleva el alma al más allá después de la muerte. Además, son las aves las que realizan y forman parte de uno de los principales procesos naturales del planeta: la polinización.

 

En el valle del Chira existen especies endémicas del Perú y del Bosque Seco Ecuatorial. Esta última área es compartida con el suroeste del Ecuador, y en paralelo se encuentra dentro de la región de endemismo tumbesino, zona donde se han reportado más de 50 especies de aves endémicas, es decir, que no se encuentran en otras zonas del mundo. De este poco más de medio centenar de aves, a lo largo del valle del Chira se pueden ver aproximadamente 20 de estas especies, o quizás más. ¿Y cuáles son estas especies de aves?

 

Destacan la estrellita de cola corta (Myrmia micrura), que es un colibrí con apenas 6,5cm de largo, considerado como el ave más pequeña del Perú; la urraca de cola blanca (Cyanocorax mystacalis) que emite un sonido eléctrico parecido al de los loros; el batará acollarado (Thamnophilus bernardi), que tiene una cresta y una mancha entre la garganta y pecho -a modo de corbata - de color negro y que al emitir su sonido mueve la cola enérgicamente a la vez.

 

Existe también el abundante y bastante bulloso periquito esmeralda (Forpus coelestis) con su plumaje verde con una tonalidad que el mismo nombre del ave ya lo describe; el cola-espina acollarado (Synallaxis stictothorax), que suele estar en ramas y arbustos cercanos al suelo, los que el ser humano solo nombra como maleza, sin saber que el matorral -como es su nombre- es vital dentro del Bosque seco Ecuatorial y para esta especie.

 

Por último, pero sin que ello signifique que no hay más aves, está el cucarachero con ceja (Cantorchilus superciliaris), que suele también estar entre ramas y cerca al suelo, y que en el folklore local es nombrado en algunos lugares como el ruiseñor.

 



Especies migratorias

Pero no todo es aves del Bosque seco Ecuatorial sino que el valle del Chira, al estar conectado con el Océano Pacífico, es un área de descanso de aves migratorias, sobre todo para las conocidas como aves playeras, las que llegan aproximadamente entre septiembre y octubre desde Norteamérica para pasar el verano austral. Estas especies suelen alimentarse y descansar en la orilla del mar, en los humedales cercanos al mar y también en humedales que están más alejados de la línea costera.

 

Respecto a humedales alejados del mar, existe uno de mucha relevancia: la Laguna de los Patos en el distrito de Querecotillo, donde, según la página de Ebird, se han registrado hasta la fecha 140 especies de aves entre residentes y migratorias.

 

Aparte de este interesante lugar, destacan otros como el reservorio de Poechos, el mismo río Chira y las trochas que bordean el valle; por ejemplo, en la zona de la ribera del río frente a la ciudad de Sullana, en el distrito de Marcavelica, se puede ver en una mañana aproximadamente unas 50 especies con un esfuerzo medio.

 

De hecho, existen muchos más lugares para observar aves como el Coto de Caza El Angolo, pero la cuestión no es poseer más lugares de observación sino el estado en que se encuentran de ser aprovechados para las personas que desean practicar la actividad de Observación de aves, que cada año crece más en el Perú y en el mundo.

 

Así, se tiene que, de los lugares mencionados arriba, separando a El Angolo, ninguno tiene un plan de aprovechamiento para la observación de fauna o disfrute del lugar, y mucho menos un plan de conservación. Es necesario indicar que muchos de estos lugares sufren el abandono de la población al tirar basura o desmonte o simplemente querer desaparecerlos.

 

Se debe entender que actividades como la observación de aves u otros relacionados podrían traer beneficios colaterales para la población en general, como el conservar los recursos del Bosque seco Ecuatorial y legar un patrimonio natural digno para las futuras generaciones.

 

© 2021 por Kevin Fermín Jiménez González. Todos los derechos reservados. Mira su canal de YouTube con más videos de aves. 

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