¿qué esperanzas tenemos respecto al agua?
El recurso básico para la vida en la Tierra enfrenta muchos problemas conforme la humanidad progresa. El más grave es, quizás, que no esté disponible para todas las personas.
Basado en un texto original de Kathy García
La historia de la humanidad está ligada a la manera cómo ‘domesticó’ el agua, hace 5000 años, cuando aparecieron los primeros asentamientos en el valle del Indo, actual India, donde construyeron tuberías para recibirla y canales para desecharla. Atenas, Grecia; Pompeya, actual Italia; Cusco, Perú. También tenían elaborados sistemas de agua y desagüe.
El poder político de esas ciudades estuvo
conectado al suministro del agua, lo que llevó a construir grandes obras que
les permitieran captarla, transportarla desde lugares remotos, acumularla y
distribuirla. Así nacieron los canales y acueductos, y aparentemente así
lograban satisfacer su demanda.
El agua fue mayormente utilizada para la
agricultura, y el suministro dependía de la existencia de lluvias y ríos. El
consumo escaló durante la Revolución Industrial de los siglos XIX y XX, lo que
implicó hacer obras de ingeniería más grandes que permitieran una mayor
acumulación, protección y la prevención de inundaciones. Asimismo, se aseguró
el caudal para las plantas hidroeléctricas y las irrigaciones.
Situación actual
La ausencia o escasez de agua potable y
alcantarillado en los sectores más pobres de nuestras ciudades sigue siendo una
noticia de primera plana. Algunos
dirigentes aseguran que hay planes para privatizar el servicio, pero las
operadoras lo han negado; incluso algunos países han inscrito en sus
constituciones que “el agua es un derecho humano”. La ley peruana la considera
“un bien de uso público”, es decir de acceso y uso universal siempre que esté
dentro del territorio nacional.
En Perú, el servicio de agua potable y
alcantarillado está administrado por empresas propiedad de los gobiernos
municipales, mientras que a nivel nacional se creó la Autoridad Nacional del Agua para manejar mejor el recurso independientemente de los fines que
tenga. Aún así, hay problemas debido al
cambio climático, el costo de operación, las deudas que generan los usuarios y
una burocracia pública que ralentiza tomar buenas decisiones.
Otro problema externo que impacta directamente es
la contaminación industrial. Ya hay sanciones pero las empresas usan trucos
legales para eludir su aplicación o alargar los procesos judiciales. A inicios
de siglo, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos afirmaba que el
agua y desagüe generaban ganancias de unos 100 mil millones de dólares en ese
país y el quíntuple a nivel mundial. Unas 115 mil empresas y organizaciones
disputaban un nicho de mercado en todo el planeta.
Avance tecnológico
Entre 1980 y 2000, el consumo de agua en los
Estados Unidos cayó un 35%. En Japón hacia 1965usaba cerca de 13 millones de
galones de agua, lo que significa un ingreso de un millón de dólares; un cuarto
de siglo después solo gastaba 3,5 millones de galones tras aplicar una política
de conservación basada en tecnología.
En Perú, las universidades han presentado
varias propuestas para usar el agua de manera más eficiente. Para inicios de
siglo, los costos de captación y operación de agua potable se habían reducido
notoriamente gracias a las membranas de filtración, oxigenación avanzada,
reparación y renovación localizada de tuberías y su realineación, así como la
monitorización inteligente. Si la medición del consumo de agua se automatizara,
haría una gran diferencia.
Aún así, se estima que a nivel nacional entre
el 25% y el 30% de quienes consumen agua no la pagan, mientras que a millones
les falta el recurso. Otra parte se pierde en redes antiguas y obsoletas, o
aquéllas que no reciben un adecuado mantenimiento. A pesar de los adelantos,
aún hay pérdidas de agua por estas causas antes que por facturación.
La buena noticia es que el uso racional del
agua ya es una materia de aprendizaje y discusión en las escuelas, lo que puede
llevar a acciones afirmativas eficaces. Cuando la Ciudad de México renovó
350 mil inodoros deteriorados, se pudo dotar de agua a 250 mil personas, poco
más del 1% de la población de esa área metropolitana. En los Estados Unidos, el
agua de los ríos más importantes se usa y reúsa hasta 20 veces antes de
enviarla al mar. En Perú, aún no logramos implementar esos programas
exitosamente.
En la medida en que nos sigamos educando sobre
el uso racional del agua y sepamos cómo se genera para conservarla desde su
naciente, y actuemos como ciudadanía consciente para evitar que se cambien las
reglas del juego (en tanto sean perjudiciales), hay esperanza para el llamado
líquido elemento. Esta receta ha impedido que en década y media, este bien vital
se transforme en una mercancía reservada a una élite.
Condensado y adaptado por FACTORTIERRA.
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