¿Quién creó la plaga de las ardillas?

Los agricultores las acusan de comerse sus frutales; pero ellas podrían acusarlos de sacarlas de su hábitat. 



 MARCAVELICA, Piura
- el mango ciruelo o taperibá (Spondias dulcis Parkinson) es una de las frutas más apreciadas en el valle del Chira y en general en todo el departamento. Aunque no hay cifras actualizadas que destaquen el aporte productivo de la misma, lo cierto es que su pulpa ácida es parte de la dieta humana local tanto cruda, como en jugos, helados y hasta en dulces.


Y no solo los humanos parecen apreciarla. Cuentan los agricultores que las ardillas de nuca blanca (Sciurus stramineus) también las buscan, y las buscan tanto que ellos las acusan de estarles diezmando la producción, aunque no tienen cifras que permitan comprobarlo.

Las ardillas de nuca blanca o ardillas grises son una especie común de la costa piurana, en especial el bosque seco, que también ha sabido adaptarse a entornos urbanos, especialmente en los pocos lugares donde sobreviven árboles endémicos como el algarrobo (Prosopis pallida).

FACTORTIERRA buscó alguna investigación que explique el posible comportamiento dañino del animal y no encontró nada relevante más que denuncias, una de ellas lanzada por una comisión de regantes a inicios de agosto de 2014, que reportó un caso similar en el distrito de Chulucanas (Morropón), donde las roedoras se dieron un banquete con la producción local de frutas y granos, lo que les valió el calificativo de "plaga". También contactamos especialistas en Biología quienes dijeron desconocer el fenómeno, o saber si alguien lo estaba rastreando.

Hasta ahí, no hay nada de raro en el comportamiento de una ardilla, especie curiosa y astuta para conseguir su comida, al punto que las existentes dentro del campus de la Universidad Nacional de Piura en Castilla y la Universidad de Piura en Piura incluso acechan los refrigerios de los y las estudiantes para robarlos o comerse las sobras. Hasta algún estudiante de la segunda casa de estudios la ha celebrado creando su propia cuenta de Facebook.

"La ardilla es un mamífero, y como tal está en la cima de la cadena alimenticia", recuerda el biólogo Paúl Viñas, de Naturaleza y Cultura Internacional (NCI) a FACTORTIERRA.

Usualmente en la cima de las cadenas alimenticias están los llamados depredadores, las especies que se alimentan de otras especies, y por lo general no tienen otras por encima de ellas que, literalmente, se las coman. Y somos los vertebrados quienes solemos estar en la cima de tales cadenas.

¿Mano humana?
Pero eso no explica satisfactoriamente la voracidad de las ardillas. La Naturaleza tiene un diseño muy peculiar en el que permite que cada especie ocupe su lugar dentro de esa cadena, lo que incluso controla la proporción de individuos, que puede desequilibrarse por hechos fortuitos como desastres naturales, aunque eventualmente el equilibrio dentro de un ecosistema se recupera por sí mismo.

Hay otros factores que generan ese desequilibrio como la intervención del ser humano. Con buena o mala intención, solemos actuar en detalles tan mínimos que podrían desencadenar consecuencias a gran escala.

Por lo menos actuando de buena fe, hay casos documentados a nivel mundial sobre intervenciones humanas para controlar plagas incorporando otras especies, las que lograron acabar con la plaga que tenían que atacar, y luego se convirtieron en una nueva cuando comenzaron a sobrepoblar un ecosistema al que no pertenecían.

Conversamos con los agricultores que acusan a las ardillas de actuar como una plaga, y les preguntamos si recordaban algún hecho en el que hubiera cierta intervención humana para lograr algún beneficio en sus cultivos, y nos dijeron que no; pero recordando un poco más, sí hay un episodio -dos en realidad- que podrían explicar el ataque a los mangos ciruelos y otros frutos.

Algunas ardillas que poblaban los algarrobales en el Valle de los Incas, uno de los sectores del valle de San Lorenzo en Tambogrande (Piura), solían ser capturadas cuando aún eran bebés por acopiadores de fruta, quienes las trasladaban unos 50 km al noroeste hasta el valle del Medio Chira, donde se ubica Marcavelica.

Inicialmente las adoptaban como mascotas, pero el problema pareció comenzar cuando se reprodujeron. Algunas fueron soltadas a campo abierto, incrementando la población local de ardillas; pero, ese incremento no podría desbalancear el ecosistema, en principio, a menos que dejemos a los animalitos sin hogar.

en los últimos años se ha reportado un proceso de deforestación en toda la costa de Piura, y una de las especies más afectadas es el algarrobo, que la ardilla suele usar como refugio. Si lo removemos, la ardilla tiene que irse a alguna parte no solo a vivir, sino también a comer.

Hace falta un estudio científico que confirme esta teoría o establezca la secuencia de eventos que causan la incomodidad de los agricultores, y en buena medida, descubra si son causantes de esta situación y en qué grado.

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