Nuestro medio ambiente

Una guía básica para entender la lógica de todo lo que nos rodea.

 


    Cuando hablamos sobre medio ambiente nos referimos a todo los elementos que nos rodean, o en todo caso, a aquellos que en un espacio determinado, interactúan de una manera particular y encadenada dentro de una secuencia lógica. Por esta razón, dentro del medio ambiente cada elemento, sea vivo o inerte, tiene una razón de ser y tiene una función que cumplir.

 

Nada está puesto al azar, y su encadenamiento es tan delicado que si lo erradicáramos, romperíamos el equilibrio que la naturaleza ha dispuesto, y eventualmente acabaríamos con el entorno. En esta lógica, el medio ambiente es importante porque permite el sustento de nuestra vida, además de la de los otros seres vivos, animales y plantas.

 

Si prescindiéramos de alguno de los componentes de nuestro medio ambiente, el proceso de generación de vida se daría con dificultad o no sería posible.

 


    Problemáticas usuales

El medio ambiente enfrenta problemas en forma constante; pero ¿de qué manera podemos identificarlos en nuestros entornos?. Partamos de tres elementos clave: agua, suelo y aire. Si podemos separar cada uno de ellos y estudiarlo con detenimiento, podremos diferenciar lo equilibrado de lo desequilibrado, y en este segundo punto detectar por qué las cosas están marchando mal, y a partir de ahí establecer soluciones.

 

La clave de este tipo de diagnóstico está en llegar hasta la causa más profunda, y como en ella también radica la solución del problema, entonces revertir la situación va a ser un proceso mucho más natural y menos radical, pues hay que entender que la naturaleza incluso tiene sus propias políticas de recuperación.

 

Sin embargo, el ser humano ha resultado ser la principal causa de los desequilibrios medioambientales. Aunque algunos programas de televisión sugieren que la erradicación de nuestra especie es la solución del problema, la verdad es que nuestra inteligencia debería orientarnos a un cambio de actitud. Si durante siglos el ser humano ha depredado, ahora le corresponde proteger y en el peor de los casos, usar racionalmente.

 


    Cómo intervenir las problemáticas

Las problemáticas medioambientales se solucionan con ciencia y compromiso. Lo segundo tiene que ver con nuestra formación y nuestra integridad actual; lo primero implica que sigamos una metodología sencilla de mencionar, pero compleja de trabajar.

 

  1. La primera fase consiste en investigar lo más que se pueda acerca del medio con la finalidad de obtener y organizar el conocimiento. Se trata de identificar fuentes confiables y obtener toda la información posible.
  2. A continuación, es necesario compartir con nuestra gente (en realidad con todas las personas que sea posible), todo el conocimiento que hayamos obtenido y organizado. El punto está en que las personas no se conviertan en espectadoras de este conocimiento, sino que, de manera inclusiva, se visualicen los protagonistas del mismo. La información debe ser de calidad, de tal forma que el siguiente paso sea exitoso.
  3. Y, finalmente, el siguiente paso es actuar de un modo creativo, práctico y sostenible. Así le damos un aspecto particular a nuestra solución, permitimos que propios y extraños formen parte de ella y garantizamos que todo lo bueno que consiga nuestra generación sea el legado más importante para las siguientes: generamos desarrollo sostenible.

 

Aunque el ser humano en tanto especie representa una mínima porción de la biodiversidad terrícola, tiene la posibilidad de mejorar y revertir situaciones galopantes como el cambio climático. Civilizaciones originarias de las Américas coincidían en que la especie humana no es dueña del medio ambiente, sino una mera administradora de las siguientes generaciones. Por ahí se puede volver a encontrar el rumbo.

 


La asociatividad

Una estrategia exitosa y rentable para cuidar y promover el medio ambiente es la asociatividad. Esta consiste en la unión de individuos que comparten una o varias actividades económicas, “eco amigables”, y que se integran consigo mismos y con el mundo bajo el esquema del comercio justo.

 

En Piura hay dos grandes experiencias exitosas de asociatividad en agricultura orgánica, la de los Bananeros y de los cafetaleros. Estos últimos no sólo se han concentrado en producir y exportar café, sino que se han diversificado al cacao y la panela granulada de caña de azúcar, todos orgánicos, y con los que están conquistando mercados tan exigentes como el europeo.

 

Este modelo aún está en pañales, por lo menos en nuestra región, pero ha permitido que la pequeña agricultura sea tan competitiva como la de gran escala, y permite que el esquema se replique en cualquier lugar. Dicen las personas que integran estas asociaciones que la clave. Además de la unidad, es la capacitación constante, la planificación y el espíritu de que los beneficios lleguen a todos los individuos que se involucran en este modelo.

 

Abre y descarga nuestra infografía sobre cómo funciona el medio ambiente, o pídela escribiendo a factortierra@gmail.com

 

Producido por Nelson Peñaherrera. Editado por Ángel Ramos Guerrero.

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