No camina al ritmo de la ciudad caótica, pero en cada uno de sus paisajes que se visita, se encuentra algo más de lo imaginado. En Canchaque, ese romántico cielo del que Miguel Ciccia nos cantaba en Rosal viviente , se hace realidad. Aquí las mil tonalidades de verde se conjugan con el fino aroma a café y a rosales. Aquí cada paisaje es un derroche de fotografía, implantado siempre por la fortaleza del cerro Mishahuaca y el Campanas. Por Luis Paucar Temoche (Especial para FACTORTIERRA ) CANCHAQUE, Piura—Dos horas y media de viaje conducen hasta este pueblo que, lejos de comprometer al visitante por la altitud (1200 metros), distrae su vista con el verdor de sus paisajes y el colorido de sus flores. Mañana, tarde o noche. Sea la hora que fuere, llegar a la Suiza Piurana es encontrarse con un pedazo de tierra maravillosa. Lejos del bullicio de la ciudad y de la humareda de los carros, el viaje no se olvida fácilmente. En ...