Otra pieza del rompecabezas

Un petroglifo se nos aparece, cuestionándonos sobre la historia más antigua de Piura. 


fotos por Marco Paulini Espinoza



Solo para comparar, Marco Paulini mide 1,75 m de estatura; entonces calcula las dimensiones de la piedra.


SAPILLICA, Piura – “?Mire, licenciado!”, gritó el chofer de la ambulancia señalando a su izquierda, el miércoles de la segunda semana de julio de 2016. “¿Qué le parece?” El obstetra Marco Paulini Espinoza, quien bloguea sobre sexualidad mediante FACTORTIERRA, miró la roca, cerró y abrió sus ojos con fuerza y se preguntó dónde había observado esa imagen antes: un ser antropomorfo con algo parecido a un casco o un tocado, una línea espiral y algo que le sugería un pulpo.

¿Es un petroglifo como el que está en nuestros archivos fotográficos? Su curiosidad científica le hizo mil preguntas en la cabeza. Tomó varias fotos y esperó que en alguna parte de la carretera entre las localidades de Sapillica y Coletas de Chachacomal, la señal de Internet móvil apareciera para transmitirlas. 
Le fue imposible hasta que regresó a Sullana, donde se encuentra nuestra sede, y además de transferir las fotos, las comparó con nuestro archivo. ¿Habrán coincidencias?

No es la primera vez que alguien relacionado con FACTORTIERRA se topa con arte rupestre de esta manera. En mayo de 2009, nuestro actual sub-director y co-productor ejecutivo Luis Correa Castillo encontró un trazo con los mismos patrones en San Martín de Malingas (Tambogrande, provincia Piura), al costado del templo católico local, aunque en menor tamaño. Siete años después, Correa está tan eufórico como esa mañana. “Son parecidas a las de cerro Morán”, afirma.


Pero si Paulini es obstetra, Correa es abogado. A pesar de su afición por la investigación, cada cual desde su rama, ninguno es el especialista idóneo para descartar o confirmar lo que su entusiasmo parece dictarles; por eso, las fotografías de Sapillica viajan hasta Lima, donde está el
arqueólogo Daniel Dávila Manrique, quien trabajó con nosotros en la exploración de al menos una docena de sitios arqueológicos en Malingas (distrito Tambogrande) entre diciembre de 2009 y abril de 2011.

Lo más apropiado es llamarle arte rupestre”, recomienda preliminarmente. De primera mano, descarta que los patrones en el bloque de roca que calculamos en unos 65 m3 de volumen sean geológicos.
Esto quiere decir que la Naturaleza solo aportó con la piedra, pero la decoración –exceptuando el musgo- es creación humana. Durante dos días, Dávila examina las fotos, identifica espectros, compara trazos, revisa y revisa antes de dar un dictamen preliminar. Mientras tanto, en Sullana, hay entusiasmo contenido en todo el equipo.

Es como si aparecieran piezas de un rompecabezas, y nosotros tenemos que irlas armando una por una”, reflexiona Correa. Por su parte, Paulini hace gala de su estoicismo forjado por su profesión: mejor que nadie sabe que la ciencia da pasos lentos con tal de ser seguros.


Dávila, por su lado, encuentra una primera coincidencia. Cerca de
Jaén, Cajamarca, un equipo de científicos japoneses está investigando trazos similares.
Cuando nos enteramos, de inmediato salta a nuestra cabeza la teoría del corredor jíbaro: hace unos cuatro mil años, grupos de esta etnia amazónica migraron desde el actual departamento de Amazonas hacia el oeste y fueron marcando sitios específicos en el norte del departamento de Cajamarca y la mitad oriental del de Piura, por las formas del paisaje y por su cercanía con el agua.

Luis Correa tiene su conjetura aparte, ya que ha hallado mucho parecido de los trazos Malingas con otros hallados en Narihua, una localidad cercana a Saltillo, estado Cohahuila, en México. Incluso Narihua suena y casi se escribe como Narihualá, sitio arqueológico situado al sureste de la ciudad de Catacaos, provincia Piura.

El
petroglifo Paulini (como se le ha nombrado en clave dentro del equipo) está cerca de una quebrada y dentro del paisaje que le circunda hay un cerro que termina en una aguja. Como los volcanes de domo cuando la lava no erupciona colosalmente sino que se eleva en una columna semisólida hasta perder estabilidad y precipitarse como flujo piroclástico o nube ardiente.Esa piedra es de origen basáltico”, anuncia Dávila. Hemos aprendido que el basalto es una piedra negra muy endeble y porosa que se forma en coladas lisas cuando la lava es viscosa y se solidifica al contacto con el aire. Por lo menos en Malingas, varios edificios geológicos están hechos de basalto como la cadena de cerros Malingas y el promontorio de Platillos. Allí también hay petroglifos y cúpulas invertidas.


¿Eso no es una mesa ceremonial?”, inquiere Correa, recordando la similitud del petroglifo Paulini con el Morán, situado en la cumbre del mismo nombre, entre las localidades de Monteverde Bajo y Cruz Verde. Allí está uno de los petroglifos más grandes y conservados de Malingas. Finalmente, Dávila parece tener una respuesta: “Podría pertenecer a la Tradición Samanga, es decir, tiene los dibujos parecidos a Samanga pero la misma disposición que Malingas”. Todo el equipo se mira. Samanga (distrito Ayabaca) tiene los petroglifos mejor estudiados y conservados de todo el departamento de Piura.

Más que jíbaros, lo mejor será relacionarlo con la Tradición Samanga”, insiste el arqueólogo. Una foto ayuda pero no es suficiente. Se tendrá que explorar en campo, y esta vez se tendrá que ir más lejos que Malingas. ¿Podrían haber más restos de arte rupestre en Sapillica? ¿Cómo se conecta a Malingas o al mismo Samanga? ¿Cuál es el mensaje tallado en la piedra que, cuatro mil años después, aún no acertamos descifrar? Ahora, FACTORTIERRA está buscando fondos para develar la Historia, quizás para reescribirla. ¿Quién querrá asociársenos a esta nueva aventura?

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