Un robot llamado Pauri

Tan sencillo como seguir una línea en Piura; tan apasionante como descubrir otro mundo… ¿Como Marte?

 


PASADENA, Estados Unidos –
Los robots Spirit y Opportunity terminan su misión. Han sido cuatro años de arduo trabajo, pero la luz solar ha declinado tanto que ya no estimula sus células fotoeléctricas, y se toman un merecido receso. En el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés), que depende de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el espacio (NASA por sus siglas en inglés) de los estados Unidos, se puede respirar con tranquilidad y decir: misión cumplida.

 

 Spirit y Opportunity están a millones de kilómetros de la Tierra –en Marte, para ser exactos-, y su propósito ha sido explorar parte de un planeta donde la atmósfera está muy enrarecida para que el ser humano pueda sobrevivir por su cuenta.  Llegaron en 2004, y se dedicaron a explorar un ambiente que parece haber tenido mucho en común con nuestro planeta. Las respuestas para cuando la misión acabó en 2011, apenas se estaban conociendo.

 

A miles de kilómetros del JPL, Pauri también se toma un merecido receso. Nunca ha recorrido el rojizo suelo martiano, mas está abriendo un campo de oportunidades para la robótica en  Piura. Pauri, como Spirit y Opportunity, es un robot cuyo principio no difiere mucho: debe seguir una trayectoria previamente marcada sobre el suelo.

 


 “La tarea fundamental de un robot móvil es el desplazamiento en un entorno conocido o desconocido“, dice su creador, Pier Guidino Aguirre (18, en 2011). Este joven paiteño, en agosto de 2011, se impuso a otras quince personas mayores que él, en un concurso de robots seguidores de línea (RSL), organizado por la Universidad Nacional de Piura (UNP).

 

 “Al principio tenía un poco de temor a los demás participantes, ya que por ser muy joven pensé que no tendría las herramientas necesarias para hacerlo”, manifiesta a FACTORTIERRA. “Luego me di cuenta que es algo que no debe pasarme nunca más, ya que si uno está seguro de sí mismo y de sus conocimientos, el temor debe quedar de lado”, continúa.

 

 Pier fue alumno de la Escuela Tecnológica Superior de la Universidad de Piura (udep) – Campus Piura, y era el único representante de su casa de estudios. Quien crea que fue cual sastrecillo valiente se equivoca. Previo a la competencia, sintió nervios a pesar que, horas antes, él y su asesor, el ingeniero Joe Pisconte Reyes, iban “a ganar”.

 

 Pero, digamos que Pisconte fue uno de sus motivadores, ya que traía bajo el brazo un primer lugar en el INTERCON 2010. su otro motor fue su familia: “Me apoyaba, me motivaba a seguir adelante  y confiaban mucho en mí”. Pauri no es acrónimo de ningún tipo. Su nombre proviene de Piura, sólo que con dos de sus letras sacadas de su lugar.

 


 Puros ceros y unos

Los RSL no son nuevos en la robótica, ni tan sofisticados que sólo puedan operar en medios hostiles, como Marte. Pauri es un robot móvil autónomo, que tiene dos motores que le permiten realizar todo tipo de trayectoria, y tres sensores infrarrojos colocados a cinco milímetros del suelo, para detectar colores entre negro y blanco.

 

 “Fue diseñado y desarrollado usando electrónica digital para la toma de decisiones -adelante, izquierda, derecha y retroceso-; proporcionándole el nivel de inteligencia suficiente para seguir la trayectoria de una línea negra sobre superficie blanca””, explica Pier. El modelo más complicado está en un puerto en Inglaterra, y los más extremos pueden adecuarse para desactivar bombas; y, por supuesto, es el aliado ideal en entornos hostiles para el ser humano.

 

“No fue sencillo conseguir todos los materiales”. Pauri fue construído en dos meses, según cuenta Pier. “Utilicé 3 sensores, 2 motores con su caja reductora, 1 rueda libre, 2 llantas, 1 acrílico, 1 batería de 9voltios,  resistencias, LEDs, condensadores, circuitos integrados, molex, borneras, 1 reductor de voltaje, un driver, cablecillo flexible, placas y estaño”, sólo por enumerar los principales.

 


 Hasta ahora, nadie se ha interesado en permitirle desarrollar su idea y ponerla al servicio de las industrias, aquí en el departamento o fuera de él. “Desde pequeño yo anhelaba construir y tener un robot propio. Me fascinaban los avances que realizaba la ciencia en el ámbito de la robótica y me preguntaba si en algún momento llegaría mi turno para desarrollar un robot por mi mismo”.

 

 Pier ahora quiere romper los límites de la casi inexistente investigación científica en Piura, como Spirit y Opportunity, que  fueron fruto de personas que no sólo soñaron, sino que tuvieron el espacio y la confianza para ponerse, y ponerlos, con el objetivo de ampliar las fronteras de nuestro conocimiento. Ésa es la línea que sigue Pauri.

 

 “Ese momento llegó, y combinando las habilidades y destrezas que posee, con los conocimientos que se me han impartido en la UDEP, decidí hacer uno por cuenta propia”, nos recuerda. ¿Tendrá que tocar las puertas del JPL, para que sienta que su invento tiene sentido, o habrá que ir hasta Marte para enterarnos?

 

Agradecemos a Elena Belletich por su colaboración. Las siglas RSL fueron adoptadas por los editores para referirse al robot seguidor de línea. ©2011 por la Asociación Civil Factor Tierra. Todos los derechos reservados.

 


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