Reingeniería antidesastres
Casi todo el departamento de Piura tendrá que ser intervenido para evitar problemas causados por la abundancia de agua... o su escasez.
Por
Nelson Peñaherrera Castillo
CIUDAD DE PIURA - Uno de los prejuicios más extendidos por las personas que visitan Piura es creer que todo el territorio es plano cuando la realidad indica que la Cordillera de los Andes, desde sus primeras estribaciones, ocupa su mitad. Y el dato es relevante cuando queremos explicar eventos naturales como las inundaciones durante un periodo El Niño.
El territorio no desciende progresivamente hacia el mar, sino que la costa es una sucesión de barrancos, quebradas y hasta depresiones por debajo de su nivel. A eso añadimos dos valles con identidades completamente diferentes a pesar de estar separados por pocas decenas de kilómetros.
Ésa es la razón por la que las autoridades han entendido que la gestión de los desastres naturales es previsible cuando hay una buena gestión integral de las cuencas, y en Piura tenemos tres: dos que corresponden a la Hoya del Pacífico y una a la del Amazonas. De las dos primeras, una es binacional, la del Chira, o más apropiadamente Catamayo-Chira, que se comparte con la provincia ecuatoriana de Loja: la segunda es enteramente departamental, la del Piura.
De esas dos, es la cuenca del Piura la que sería la más vulnerable del departamento debido a sus particularidades geográficas: nace por encima de los 3000 metros de altitud, y al intentar desembocar en el mar primero se encuentra con una depresión mayor a -30 metros. Y como lo explicamos antes, para entender el punto crítico que ésto significa, recordemos que el agua discurre atraída por la fuerza de la gravedad terrestre.
Ésto ha llevado a que las
autoridades propongan un plan de manejo que funcione en dos escenarios
diametralmente diferentes: el exceso de agua y la ausencia de ésta. "Dicha propuesta ha sido
declarada de interés regional por Acuerdo N° 1443-2017 del Consejo Regional y
hecha suya por el Gobierno Regional, convirtiéndose en el marco conceptual
prospectivo orientador de la reconstrucción de la región Piura", sostienen el Gobierno Regional de
Piura (GoRe Piura) y el Consejo de Recursos Hídricos de la Cuenca Chira-Piura
(CRHCCHP) en un documento de trabajo.
El otro aspecto es que la
cuenca del Piura ha sido artificialmente conectada a la cuenca del Chira desde
1948 cuando el gobierno peruano trasvasó el agua del río Quiroz al
río Chipillico para dar origen al valle de San Lorenzo, que
comenzó a establecerse desde 1968. Como consecuencia, lo que suceda en el cauce
del Quiroz, que desemboca naturalmente en el Chira, y aún lo que suceda en el
Chipillico, que también desemboca en el Chira, impacta en el río Piura debido a
la maraña de canales, drenes y hasta aliviaderos naturales que emplea el
reservorio de San Lorenzo.
La quebrada de San Francisco es uno de los principales conectores entre ambas
cuencas justo al comenzar el curso medio del río Piura, pero
aguas abajo hay otro punto de contacto, el canal Daniel Escobar, construído en la década de los 1970, para
trasvasar directamente el agua almacenada del río Chira en el
reservorio de Poechos, terminado y puesto en servicio durante 1976. Y a
diferencia del Piura, el Chira tiene flujo constante de agua y puede alcanzar
caudales colosales cuando se presentan lluvias de El Niño.
En resumen y según el CRHCCHP,
se trata de una superficie de 29 852,86 kilómetros cuadrados. La superficie
total del departamento de Piura es 35 892kilómetros cuadrados, por lo que el
área de trabajo constituye el 87,48% de su demarcación política. De hecho,
abarca 56 de los 65 distritos ubicados en las ocho provincias del territorio,
donde viven 1 725 488 habitantes.
Además, el Chira es ahora la
principal fuente de agua dulce para toda la costa del departamento,
especialmente el área metropolitana de Piura, donde viven alrededor de 650 mil
personas según el censo de 2017.
Controlas la causa, controlas la consecuencia
Según el GoRe Piura y el CRHCCHP, para salvar las partes bajas de Piura, se tiene que trabajar preventivamente en las partes altas, lo que implica intervenir "... fundamentalmente en la zona de la causalidad regulando el caudal del río para reducir la vulnerabilidad en la zona de impacto, principalmente frente al peligro de inundaciones y escasez de agua en la Cuenca Chira Piura".
En el caso específico de la cuenca del Chira, según la propuesta, se tendría que intervenir las cumbres y laderas en los distritos de Lagunas, Sapillica y Frías, todos en la provincia de Ayabaca. el principal problema es la deforestación, que acelera la erosión del suelo y causa su deslizamiento. El distrito de Lagunas (junto con el de Pacaipampa y Ayabaca) concentra las nacientes de torrentes y quebradas que alimentan al río Quiroz; en Sapillica sucede otro tanto con el río Chipillico. Recordemos que ambos sustentan al valle de San Lorenzo, el que, técnicamente, es parte de la cuenca del Piura.
Las nacientes que se ubican en el distrito de Frías sí alimentan directamente al río Piura, principalmente a través de los ríos Sáncor y Yapatera, que desembocan aguas arriba del valle de San Lorenzo, y concretamente al sur del sector Malingas. Cuando estas dos pacíficas corrientes crecen extraordinariamente durante los periodos lluviosos, interrumpen la carretera entre las ciudades de Tambogrande y Chulucanas, junto con la quebrada de San Francisco y la de Carneros, ya en pleno San Lorenzo.
Pero, como se dijo
previamente, las autoridades consideran que la mayor prioridad está a lo largo
del cauce del Piura desde sus varias nacientes ubicadas en los distritos de Huarmaca, Canchaque y Lalaquiz, en la provincia de Huancabamba, y particularmente en la de Chalaco, en la provincia de Morropón. Mientras tanto en el distrito de Salitral, también en Morropón, consideran que debe integrarse
con el distrito de Huarmaca, Huancabamba, debido a que comparten un bosque que,
además, es un área privada de conservación.
Entonces hasta aquí, el truco
consiste en garantizar el suministro de agua hacia las llanuras, evitando que su
discurrir sea violento y destructivo. La medida propuesta es la conservación de
la llamada infraestructura verde:
proteger los bosques naturales y páramos, conservar los suelos, e implementar el
Fondo Regional del Agua.
En la llanura, la propuesta es
construir pequeños reservorios con la suficiente capacidad de almacenaje, que
permitan descargar las torrentosas avenidas del río Piura, de tal manera que no
superen caudales de 1700 a 2000 metros cúbicos por segundo. Recordemos que la
inundación de Piura, el 27 de marzo de 2017, fue provocada por una avenida
superior a los 3400 metros cúbicos por segundo.
Los reservorios estarían
ubicados en los distritos de Buenos Aires (sector La Maravilla) y La Matanza, Morropón, y en el
área de Coscomba, en el distrito de 26 de Octubre, provincia de Piura.
Su función sería descargar volúmenes excesivos de agua y retenerlos.
En todos los casos, se
conectaría al río con los reservorios mediante canales de derivación. Así, en La
Matanza se buscaría descargar hasta 2500 metros cúbicos por segundo y almacenar
296 millones de metros cúbicos, mientras que en Coscomba se
buscaría descargar 1500 metros cúbicos por segundo y almacenar 35 millones de
metros cúbicos. Una fuente de alto nivel dijo
a FACTORTIERRA que aún no se tienen los planos que permitan ver dónde
quedarán específicamente o cómo lucirán.
Y como el desierto de Sechura se convierte en un reservorio natural cuando sus
lagunas se desbordan y juntan, principalmente las de Ramón Grande y La
Niña, el proyecto incluye construírle un aliviadero hacia el mar, y hay tres
propuestas al respecto.
- La primera partiría entre ambas lagunas mediante la construcción de un canal de 22 kilómetros que desembocaría cerca de donde termina el dren Sechura, en la playa San Pedro (distrito de Vice).
- La segunda partiría de la mitad de La Niña y se conectaría al estuario de Virrilá -probablemente una antigua desembocadura del río Piura o del intermitente río Cascajal- mediante un canal de 11 a 16 kilómetros.
- La tercera partiría del sur de La Niña hacia la depresión Olmos, en la playa Reventazón, por un canal de 26 kilómetros.
En todos los casos se trata de
reducir el nivel de agua existente a 4,5 metros de altitud para llevarla al
nivel del mar. La gravedad hará el resto del trabajo.
"El material es de formación
Zapallal, calcario denominado caliche o conchuela, por lo que el río Piura no lo
puede erosionar y al llegar a este punto empieza a represar, inundando la ciudad
de Piura y el valle Bajo Piura", sostiene el CRHCCHP. "Este cauce dará
continuidad y facilitará la salida a la Laguna La Niña hacia el mar".
Sin embargo, en el caso del
proyecto Coscomba, hay dos controversias. La más anecdótica se debe al
nombre de "pólder" asignado por las autoridades, pero que a algún especialista
no le parece el correcto. Un pólder es una
extensión de tierra ganada al mar mediante la construcción de un dique que
represa el agua, la que posteriormente se bombea para tener grandes extensiones
secas de terreno. La técnica ha sido usada mayormente en Holanda y Bélgica desde
el siglo XIV, y ha permitido que hayan más tierras para el desarrollo urbano y
agrícola.
"entiendo que hubo un
consultor alemán que trajo el término", nos dijo un especialista; "pero lo
apropiado sería decir que se construirá un canal de derivación y un
reservorio".
La segunda controversia es de
carácter técnico. Se supone que la idea del proyecto Coscomba es construir un
canal de derivación desde aguas arriba de la presa Los Ejidos, en el norte del
área metropolitana de Piura, y llevarlo por todo su sector oeste hasta un punto
bajo donde alguna vez estuvo la laguna de Coscomba. Para el arquitecto Julio
Gianella, ésta es una mala idea puesto que haría propenso a todo ese sector
ante una eventual inundación. De este modo se crearía otra zona de riesgo
adicional al propio cauce del río.
Él cree que sumado a la
reforestación en las cumbres andinas, se tendrían que hacer varios reservorios
de poca capacidad a lo largo de la cuenca del Piura que vayan descargando la
corriente excesiva, y eliminándola para recibir la siguiente. Afirma que la idea
es avalada por otras autoridades académicas locales.
Pero el primer especialista
nos desestimó tal riesgo basándose en un criterio aritmético: el canal de
derivación proyectado puede soportar hasta 1300 metros cúbicos por segundo, y el
cauce del río Piura a su paso por la capital departamental puede soportar hasta
2500 metros cúbicos por segundo; entonces, si llegara una avenida de hasta 3800
metros cúbicos por segundo, no representaría ningún riesgo. Además, el flujo del
agua se controlaría desde Los Ejidos. La pregunta es qué pasaría si
el río Piura recibe caudales superiores a los 3800 metros cúbicos por segundo,
como pasó en 1998.
Otras acciones en este
componente son: delimitar la faja marginal de ríos y quebradas, su
descolmatación anual (que también incluye a los drenes), y construir y mantener
defensas ribereñas, además de 'rectificar' el cauce de los ríos y reforzar los
puentes que unen las ciudades de Piura y Castilla.
La última parte de la
propuesta incluye implementar nuevos sistemas de macrodrenaje en las ciudades de
Castilla y Piura optimizando los drenes existentes y añadiendo reservorios
subterráneos bajo parques y avenidas, los que desembocarían en el río
Piura.
Adicionalmente se diseñaría un
sistema de alerta temprana, aunque aún no quedan claros los detalles
considerando las particularidades geográficas y los niveles existentes de
conectividad en instituciones y población, por lo que haría falta reforzar sus
capacidades, que también está considerado en el plan.
Ejecutarlo integralmente
podría tomar unos ocho años, o el equivalente a dos gestiones de gobierno
regional, estimó el representante del CRHCCHR, Ronald
Ruíz Chapilliquén, durante una reunión autoconvocada entre plataformas
ciudadanas de Piura, en Curilcas, distrito de Pacaipampa, el 4 de agosto de 2018.
Todo costaría unos 2600 millones de soles o 764,8 millones de dólares. "No basta la información
adecuada; es necesario el respaldo ciudadano de todos los territorios para que
se logre la propuesta", habría dicho.
".
Se anunció que el verano de
2019 podría ser ligeramente más lluvioso que lo usual aunque sin llegar a los
extremos de 2017. El plan de prevención propuesto por las autoridades es
ambicioso. ¿Cuánto del mismo estará listo, aunque sea, para recibir una sola
precipitación fuerte?
© 2018 Asociación Civil Factor
Tierra. Todos los derechos reservados. Fotos presentadas en esta entrada por Naturaleza y
Cultura Internacional, distribuída por El Regional de Piura, eduardo Nizama/Municipalidad Fistrital de La Unión/archivo, Miguel Chávez, distribuída por FACTORTIERRA, Jhony Dioses para FACTORTIERRA, Cortesía por Jimmy Farfán. Gráficos proporcionados por
CRHCCHP/GoRe Piura.
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