El bosque seco de Soccha Alta necesita preservación
Una escuela rural en Canchaque destaca en ciencia y busca frenar la deforestación.
Por Nelson Peñaherrera Castillo. Fotos Cortesía Luis Cevallos Jiménez.
Esta escuela está a 3½ horas por carretera desde la ciudad de Piura.
CANCHAQUE,
Piura – Quizás sea el último parche de bosque seco primario en el cerro Buitre. el docente
Luis Cevallos Jiménez cree que son unas 30 hectáreas; según los pobladores más
viejos de Soccha Alta, era más extenso aún. Entre chamelicos, guayacanes y
hualtacos, se ha detectado osos hormigueros, armadillos, venados, tigrillos, sajinos, macanches y colambos.
Soccha Alta es
un caserío del distrito de Canchaque, provincia de Huancabamba, que se extiende en una ladera que varía
entre los 840 y los 880 metros de altitud. Es parte de la subcuenca del Bigote,
afluente del río Piura, y según el profesor Cevallos, debería ser
declarada un área protegida una vez que se la estudie científicamente.
El también
director de la escuela primaria 15458, donde trabajan otros dos colegas y
estudian 33 niños y niñas, ya hizo algunos experimentos ecoturísticos y cree que el mayor atractivo es caminar hasta la cascada Huámala, que,
si el satélite no da lecturas incorrectas, podría bajar por un desnivel de unos
400 metros aproximadamente.
Un proyecto ganador
De los once
años que Cevallos lleva trabajando en el magisterio, al momento de publicar
este reportaje cinco ya le ha dedicado a Soccha alta. Promueve el proyecto Eco
Escuela, que ha ganado la cuarta edición del Concurso Nacional de Proyectos de
Innovación Educativa, convocado por el Fondo Nacional de Desarrollo de la Educación
del Perú.
Tiene cuatro
componentes: Eco Huerto, que promueve el huerto escolar y huertos familiares;
Recicla Escuela, que impulsa crear compost con residuos orgánicos; Fauna, para
conocer, investigar y recuperar las especies de flora y fauna con tal de
protegerlas; y Semilla, consistente en visitas al bosque, observación de la
naturaleza, reforestación y promoción del ecoturismo, además de responsabilidad ambiental
(cuidado del agua, el aire y el suelo).
"Usamos
la metodología de aprendizaje basado en proyectos o ABP”, explica Cevallos, es
decir metas progresivas puntuales que construyen conocimiento e identidad: más
que una escuela, es una suerte de laboratorio de campo con media hectárea de extensión
donde la ciencia y la tradición se juntan armónicamente.
El huerto ha sido la llave
El docente
Ernesto García nació en el distrito de Pacaipampa, y sabe de plantas medicinales; su conocimiento ha sido incorporado como
parte del acervo de la escuela. Por su parte, el docente Raúl Rivas hace gala
de sus dotes culinarias (y no lo hace mal) combinando la producción del huerto
escolar con los alimentos proporcionados por el programa Qali Warma del Ministerio de Desarrollo e Inclusión
Social. ¿Quién dijo que hacer ciencia no abre el apetito?
Qali Warma
destaca que todo ha servido a los docentes para incorporar en los contenidos
educativos el aporte nutricional, además de promover una alimentación
saludable, y el huerto ha sido la llave para estimular la curiosidad científica
y el desarrollo tecnológico entre los y las estudiantes, como los maceteros en los que al
humedecer el nivel superior, la escorrentía riega los inferiores: uso eficiente
del agua, se llama.
“estamos
buscando financiamiento para un vivero dentro del proyecto semilla”, advierte el
docente Cevallos, quien nació en el distrito de Santo Domingo y cree que eso
influyó su interés en zoología y botánica. “La Municipalidad Distrital de
Canchaque sí está enterada pero aún no nos ha dado respuesta”, agrega.
Mientras
tanto, alumnos y alumnas siguen recorriendo el bosque de Soccha Alta con sus tablets
intentando fotografiar alguna especie que les genere curiosidad, y los docentes
creen que la escuela está llamada a una meta mucho más ambiciosa: frenar la
deforestación del cerro Buitre. Si es necesario gestionar un área de
conservación, que las personas adecuadas les orienten cómo hacerlo.
Además de
conservar especies, hay otra razón poderosa para preservarlo: si llueve
torrencialmente, hay riesgo de huaycos. Y el distrito de Canchaque ya ha
demostrado que es vulnerable a ellos.
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