¿Qué debe salvarse en Kuélap?
Por lo menos durante tres años, guías y empresarios advirtieron que habría un colapso.
TINGO,
amazonas – En
1998, el gobierno peruano declaró al complejo arqueológico de
Kuélap como
Patrimonio Cultural. Las reseñas turísticas lo describen como una joya
arquitectónica edificada por el antiguo pueblo chachapoyas, una pequeña confederación
de comunidades que se asentaron en los terrenos más escarpados y agrestes entre
los ríos Marañón, al oeste, y Huallaga, al este. A nivel peruano, se trata de
la ecorregión de la selva alta o rupa-rupa, en realidad, el bosque tropical
húmedo de montaña, ya en la cuenca del Amazonas.
Los
chachapoyas o shacshapuyos (pueblo de la neblina, en castellano)
florecieron entre 900 y 1470 de nuestra era, extendiéndose entre el sur del departamento de Amazonas, toda la mitad oeste del departamento de San
Martín y el lado oriental del departamento de La Libertad. Fueron
contemporáneos de los incas, que los conquistaron durante el reinado de Túpac
Inca Yupanqui, quien inició la expansión del imperio tan al norte como los
actuales ecuador y Colombia.
Chachapoyas
es el nombre quechua. Como muchos pueblos de los Andes norperuanos, se ignora
cómo se llamaron a sí mismos, aunque ciertos topónimos preincas subsisten. Los
cronistas anotan tres curiosidades: primera, parecieron ser gentes de talante
pacífico; segunda, su tez era más blanca que ccobriza; tercera, la ocupación
inca fue un rosario de intrigas y conspiraciones por el poder.
Otra
atalaya natural
Kuélap
fue construida en piedra de grandes dimensiones en la cresta del cerro Barreta
(aproximadamente 3000 metros de altitud), en el distrito de Tingo. Los arqueólogos afirman
que, se aprovechó una pequeña meseta para hacer la edificación que debió
comenzar en el siglo XI de nuestra era, cuando los chachapoyas ya estaban
consolidados, aunque hay sugerencias de que la construcción pudo comenzar en el
siglo VIII de nuestra era.
Por su
ubicación, su sistema de accesos y su ordenamiento del espacio, Kuélap pudo
tener un propósito defensivo. De hecho, la parte más alta está dominada por un
torreón desde el que se divisa casi todo el valle del río Utcubamba, uno de los
afluentes del Marañón, que, a su vez, es afluente del río Amazonas. Sin
embargo, el resto de sus dos kilómetros cuadrados también posee edificaciones
administrativas,religiosas y residenciales, además de un sofisticado sistema de
abastecimiento de agua, quizás de las lluvias.
Se cree
que el lugar pudo estar ocupado hasta 1570, cuando los españoles ya habían
colonizado el actual Perú, y coincidiendo con el primer evento El Niño del que se tiene registro
histórico. El 31 de enero de 1843, el juez de Chachapoyas, Juan Crisóstomo Nieto,
fue su primer explorador junto con lugareños que ya conocían los restos.
Sus
primeros estudios comenzaron en 1930 por Louis Langlois basado en referencias
de Adolf Bandelier, y de manera exhaustiva por el peruano Federico Kauffman
Doig, a quien se considera el mayor estudioso de la Cultura Chachapoyas.
La joya
arqueológica de Amazonas
Kuélap
(posiblemente lugar frío en castellano) no es la única evidencia que dejó
ese pueblo a lo largo del río Utcubamba, que parece haber sido su principal eje
de desarrollo; sin embargo, parece ser el mejor conservado o el más monumental,
en todo caso. Por lo mismo, el que más uso turístico ha tenido especialmente en
los últimos 30 años al momento de publicar esta entrada.
Las
guías turísticas coinciden que es el principal atractivo creado por mano humana
en todo el departamento de Amazonas. En 2017 el complejo arqueológico fue
elegido como el mejor destino del mundo por los lectores de National Geographic Traveller en el Reino Unido. Al año
siguiente, The Wall Street Journal lo incluyó en su lista de
destinos más interesantes del mundo, y The New York Times lo recomendó como un
destino de visita indispensable.
La Comisión de Promoción del
Perú para la exportación y el Turismo (PromPerú) afirma que es el atractivo con mayor
crecimiento de visitantes, al menos, en la última década a lo largo del norte
peruano. en 2015, llegaron 36 mil 385; para 2017, la cifra saltó a 102 mil 905.
El aumento es aludido a que en marzo de ese año, se puso en marcha un teleférico,
que ahorra el tiempo de acceso de tres horas a menos de una.
El
Ministerio de Comercio exterior y Turismo (Mincetur) invirtió 81 millones de
soles (unos 25 millones de dólares) en la obra, esperando que la cantidad anual
de visitantes crezca hasta 120 mil. El estudio que PromPerú hizo en 2017
estableció que 83% de los visitantes son peruanos.
Quizás
un acueducto obstruido
El 10 de
abril de 2022, el congresista Edward Málaga compartió en su cuenta de Twitter
un video[ver sobre estas líneas] que
alarmó a muchas personas. Piedras de la muralla perimetral de Kuélap se deslizaban
ladera abajo en medio del lodo. Según el Ministerio de Cultura, se trató de una
estructura de 15 metros de largo por 12 metros de altura y cinco metros de
profundidad.
El
verano de 2022 ha sido uno de los más lluviosos de los últimos cinco años en
toda la zona andina peruana, y desde el mes de marzo se comenzó a acentuar en
su sector norte provocando varios deslizamientos, como el del asiento minero en
Retamas, La Libertad. Documentos publicados en 2009 ya advertían la inminencia
del desastre. Éstos fueron reiterados hacia fines de setiembre de 2021.
En el
caso de Kuélap, podría decirse que el derrumbe tampoco pudo ser una sorpresa:
un estudio de Neyra Córdova, publicado por la
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, a raíz del teleférico ya mencionaba
la existencia de este fenómeno.
Según el
diario La República de Lima, en mayo de 2019,
la Asociación de Guías Turísticos de Amazonas y la Cámara de Turismo de Amazonas
pidieron que se declare la emergencia en Kuélap debido a derrumbes. Se sugiere
que trabajos de restauración en la portada del complejo pudieron influir en el
debilitamiento del suelo, aunque no hay undocumento técnico que lo corrobore.
Sin
embargo, hay un dato histórico que podría llamar la aatención. Como Kuélap se
ubica en la parte alta de un cerro, uno de los problemas de sus ingenieros fue
el abastecimiento de agua. Su única fuente habrían sido las lluvias.
Estructuras a lo largo de la ciudadela sugirieron a los arqueólogos que
pudieron ser usados como reservorios, desde los que el líquido se distribuía a
todos los ssectores del complejo y posteriormente se drenaban cerro abajo.
Pero
luego que Kuélap fuese abandonado sin explicación en el siglo XVI, los
conductos se obstruyeron y el agua circulante comenzó a hacer presión sobre la
plataforma principal, deformándola. Conforme el terreno se desplazó, las
piedras periféricas comenzaron a ser sacadas de su lugar.
Los
guías turísticos y la patronal creen que una solución es apuntalar el muro
perimétrico, pero necesitan que el Ministerio de Cultura financie los estudios
realizados por expertos para que posteriormente se proceda a salvar lo que aún
pueda salvarse. Mientras tanto, el complejo arqueológico se encuentra en estado
de emergencia hasta mediados de junio de 2022. Los miles de turistas han dejado
de fluir por precaución, y la pregunta que la gente de Amazonas se hace es si
las autoridades serían capaces de arriesgar mucho más a una de sus mayores
joyas arqueológicas.
FACTORTIERRA El departamento de
Amazonas fue sacudido por sismos fuertes.
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