El derrame de La Pampilla
El primer mes del peor desastre ambiental en la historia del litoral peruano, o al menos el más mediático.
VENTANILLA,
Callao – el
sábado 15 de enero de 2022, mientras el Océano Pacífico estaba en alerta debido
a un tsunami causado por la explosión y
colapso de un volcán en las islas Tonga, el buque petrolero
italiano Mare Doricum descargaba crudo brasileño hacia la refinería La Pampilla, operada por la
corporación española Repsol.
Hacia
las 17:10 hora peruana (2310 GMT), se notificó que las mangueras para la
descarga se rompieron. Inicialmente, todo parecía ser una mancha de 2,5 m2,
o el equivalente a un cuadrado de medio metro de lado, y 0,16 barriles, según
información preliminar de Repsol. Al 23 de enero, el Ministerio del Ambiente de Perú estimó que 11 mil 900 barriles de petróleo se
derramaron en el mar. Un barril de
petróleo equivale a 42 galones estadounidenses o 159 litros.
Al día
siguiente, domingo 16, quienes acudieron a la playa Cavero a media mañana
hallaron el agua teñida de negro y con un fuerte olor. Para el miércoles 19,
Repsol corrigió su cifra: el derrame representaba seis mil barriles de
petróleo.
En menos
de una semana, el derrame se extendió por un largo de 55 km hacia el norte
hasta llegar a Chancay, Lima: 24 playas eran las mayormente
afectadas según la Dirección General de Salud Ambiental
e Inocuidad Alimentaria. Unos Tres mil pescadores y
empresarios de todos los niveles cerraron sus actividades debido a que toda la
franja de playa y mar dentro de las cinco millas, destinadas por ley a la pesca artesanal,
quedaron inutilizadas.
Uno de
los mayores daños se produjo en dos áreas de conservación administradas por el
Estado Peruano: la Reserva Nacional Sistema
de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, y la Zona
Reservada de Ancón. Aves, mamíferos marinos y, especialmente, peces quedaron
mortalmente afectados o murieron por tener sus pieles cubiertas de petróleo,
ingerirlo sin querer, o porque la luz solar fue bloqueada hacia el fondo del
mar, uno de los más ricos del mundo en términos biológicos.
Repsol
busca culpables
El
gobierno peruano urgió a Repsol que disponga los recursos necesarios para
limpiar la mmancha, pero la corporación pareció refugiarse primero en negar una
presunta responsabilidad, y posteriormente inició el procedimiento al mismo
tiempo que lanzaba una campaña legal enfocada en culpar a la Marina de Guerra del Perú por no advertir el tsunami a pesar del anuncio
lanzado desde el Centro de Alertas de
Tsunami del Pacífico (PTWC por sus siglas en inglés.
Según
Repsol, un reporte de la Comisión oceanográfica Intergubernamental de Naciones Unidas indica
anomalías en el Pacífico durante el 15 de enero, probablemente relacionados con
la erupción en Tonga. Agregaron que eso produjo oleaje fuerte que provocó el derrame;
pero veleristas que navegaban junto al Mare Doricum el mismo momento que
se inició publicaron videos en los que se evidencia que no había ni viento ni
oleaje [ver arriba de este bloque].
Por su
lado, el Organismo de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (OEFA) enumeraba una lista de presuntas negligencias que
Repsol habría cometido desde el momento mismo de la emergencia y en adelante.
La primera: no avisar a tiempo; pero Repsol dijo que notificó el problema a
poco de producirse.
Eventualmente,
el Organismo Supervisor de las Inversiones en
energía y Minas suspendió las
operaciones de la Pampilla el 19 de enero, aunque el gobierno peruano las
reabrió temporalmente el 4 de febrero para evitar el desabastecimiento de
combustible, puesto que la refinería provee el 33% del mercado peruano, según Apoyo a 2021.
En
España, la noticia pasó casi desapercibida. La actualidad estuvo mayormente
impactada por un posible conflicto bélico en Ucrania y una serie de pugnas
internas en el Parlamento local. Sin embargo, un representante del gobierno
español viajó hasta Lima, la capital peruana, para negociar con el gobierno
nacional y convencer a los medios que Repsol sí estaba tomando control de la
emergencia.
en el
resto del litoral norte peruano, población y autoridades hacían matemáticas
sobre cuándo la mancha podía llegar a sus costas si no se remediaba en forma
urgente. Su mayor amenaza era su mayor proveedora de pesca: la Corriente de Humbolt, que en condiciones
normales viene de la Antártida y se desvía al oeste en Piura donde se encuentra
con la Corriente Ecuatorial o de El Niño, que durante el verano austral suele
penetrar un poco más al sur.
La
manguera rota
Lo que
seguía quedando en las sombras era qué pasó exactamente. El 26 de enero se conoció que el capitán del Mare
Doricum, Giacomo Pisani, envió una carta a Repsol señalando nueve fallas,
entre ellas que la barrera de contención del derrame “no tenía
suficiente longitud para cubrir el perímetro del buque”, según informó El
País de España.
Sin embargo, Repsol respondió diciendo que el capitán sí reconoció que
hubo oleaje anómalo y que éste pudo ser la causa de que los aparejos
quesujetaban a las mangueras se desconectaran; pero además indicó que en las
cartas, Pisani reconocía que sí se colocaron barreras para contener el derrame.
En una maniobra legal conocida el 14 de febrero, casi un mes después, Repsol
exigió al propietario del barco y su aseguradora que la indemnicen debido a que
el derrame se originó por una maniobra brusca del petrolero que rompió las
mangueras y los aparejos de descarga. Se desconoce la cifra exacta; solo que la
cantidad es “multimillonaria”.
Asimismo, Repsol reconoce que se han derramado 10 mil 396 barriles, mil
500 menos que los señalados por el gobierno peruano, y que se ha afectado un
área de 105 km2. Para ponerlo en perspectiva, la superficie del área
metropolitana o conurbano de Madrid, la capital española, tiene más de 4600 km2,
tan grande que toda la superficie de la provincia de Sullana, Piura, puede ser
contenida y aún tener unos 200 km2 de espacio libre.
Los números del gobierno peruano difieren. Al 23 de enero, OEFA calculó
18 km2 de suelo y 71 km2 de mar, 89 km2 en
total, 16 km2 menos que Repsol, salvo actualización. Y a eso se
agrega ocho barriles que se derramaron el 25 de enero en el mismo
desembarcadero que el 15, y también bajo operación de Repsol.
¿Es reversible?
Repsol haprometido devolver un mar rehabilitado. Al cierre, el Servicio Nacional
de áreas Naturales Protegidas dice que solo hablando de aves, hubo 905
afectadas. Hasta el 9 de febrero, halló 208 muertas y pudo rescatar a 56. Un
grupo de ellas estaba en el zoológico del Parque de las Leyendas, en San
Miguel, Lima, recuperándose.
Una vez que el petróleo se impregna en sus alas, les impide volar y si
beben el agua, las intoxica. Removerles el compuesto les da opciones de vida
pero las deja sin su grasa natural para no morir de hipotermia. Los biólogos
estiman que su rehabilitación puede tomar un mes como mínimo, pero antes de
regresarlas a su hábitat, éste primero tiene que estar limpio.
Con información de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y Grupo El Comercio. © 2022 Asociación Civil Factor Tierra. Todos los derechos reservados. Comenta en la caja debajo o en nuestras cuentas de Facebook y Twitter. ¿Quieres aprender más? Escríbenos a factortierra@gmail.com
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