Espantando fantasmas

Aún no sé si temblé de miedo o de frío en Los Peroles de Las Palmeras de Yaranche.

 

Por  Aldo Palacios Navarrete

 


    TAMBOGRANDE, Piura –
El 17 de junio de 2006, algunos amigos estudiantes y yo sentimos las ganas de romper con el mito del Puente de las Lisas y los Peroles de Las Palmeras de Yaranche, en el sector Tejedores. La tradición dice que a medianoche ninguna persona puede transitar por esos lugares, porque se aparece el diablo y se la lleva. Todas las personas que visitan esta zona turística solo disfrutan de estos paisajes en el día; nadie, por temor, se ha quedado toda la noche  allí.

 

Como curiosos que somos, y para saber qué pasaba realmente (ninguno, excepto  yo, creía en lo sobrenatural) , fuimos a la aventura de pasar la noche. Tras esperar a que el grupo estuviera completo, salimos todos de la ciudad de Tambogrande a las 17:30, y llegamos a Villa Cruceta, unos 15 kilómmetros al norte, media hora después. Allí compramos las cosas que nos hacían falta, como combustible y comida, y a las 18:30, partimos hacia los peroles, a los que llegamos al anochecer.

 

Mientras unos disponían la comida, el resto buscaba leña para la fogata.  Todos pudimos sentarnos a comer a las 20:00, y comenzamos a contar historias de lo que la gente decía de ese lugar. De repente escuchamos un silbido. Yo tuve miedo. De verdad pensé que ya había llegado mi  hora…hasta que uno de los chicos reconoció el tono, y exclamó: "¡Ese es Chicho!”.

 


    Este último amigo se nos integró una hora después junto con un muchacho que vive en la zona, quien nos invitó a bañarnos a las 22:00, y con todo el frío que corría. Nos metimos al agua, fue divertido, gozamos. Después regresamos a calentarnos a la fogata, pues el frío comenzaba a aumentar.  La conversación de esa noche giró alrededor de apariciones y espantos.

 

Lo que más nos emocionó fue la vista espectacular de las estrellas y la luna radiante, junto al sonido del agua. El fuego se apagaba. Acompañé a Chicho a buscar más leña. Era muy tarde. Entonces, oímos las voces de una niña y de una mujer. Yo salí disparado, total, Chicho es mucho más valiente. Eso sí fue emocionante, aunque creo que en realidad aluciné.

 


    El retorno

Amaneció. Fue una mañana muy bonita. Fuimos a ver la belleza de la naturaleza. Como algunos de los chicos eran extranjeros, se emocionaron mucho con la vista. A las 10:00, decidimos regresar a Tambogrande, pues se celebraba el Día del Padre. Nos tomó mucho tiempo encontrar una movilidad, pero durante la caminata, vimos muchas escenas de campo, con sus animales y plantas.

 

 En un cruce, cerca de la Villa Cruceta, comimos cebiche de caballa y sudado de cabrillón, que son típicos de la zona. No se nos apareció el diablo, ni nadie –excepto Chicho—, pero disfrutamos como nunca de lo bella que es la naturaleza.

 


    Candidatos a asustarse

En este campamento participaron:

  • Waltteri Katajamaki (Universidad de Liverpool)
  • Osmar Coello (Universidad De Guayaquil)
  • David Pulache  (Universidad Nacional de Piura)
  • Carlos Amaya (Estudiante de computación y sistemas)
  • Fernando Vega (Universidad Nacional de Piura)
  • Wilson Saavedra  (Instituto Superior Pedagógico de Tambogrande)
  • Henry Vílchez  (Instituto Superior Pedagógico de Tambogrande)
  • Tito Saavedra (Instituto Superior Pedagógico de Tambogrande )
  • Aldo Palacios (corresponsal de FACTORTIERRA en Tambogrande)

Los integrantes del campamento dedicaron esta actividad a Tambogrande, pueblo luchador.

 

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