El crimen de las cinco millas

Un ejemplo que justifica aprobar la Zona Mar Pacífico Tropical.

Por Alberto Navarro y FACTORTIERRA. Fotos por Alberto Navarro.

 LOS ÓRGANOS, Piura -- ¿Un cebiche? Alrededor del mediodía, cientos de turistas llenan los restaurantes a lo largo de las playas incluso en temporada baja, como al momento de publicar esta historia. Bajo el éxtasis del mar, la arena y el sol, jamás pensarían de dónde puede venir el pescado que están disfrutando, especialmente si luce más pequeño de lo convencional. 

Podría ser Quebrada verde, un desembarcadero ilegal cuya pesca está conformada en su totalidad por especies que no han terminado de reproducirse y que parecen pequeñas; pero la verdad es que no se les ha permitido crecer hasta su tamaño legal, como pasa con camotillos (Diplectrum conceptione), lenguados (Solea solea) y el sabroso langostino (Litopenaeus).

Todo ocurre a 100 metros de la orilla, a medio kilómetro desde El Ñuro en dirección sur a Cabo Blanco (ambas en la
provincia Talara), y todo el mundo parece conocer el escenario: justo una infraestructura obsoleta de lo que alguna vez fue una planta desalinizadora de Oximplan, que funcionó hasta fines de los ‘80s. En Quebrada Verde todos practicarían pesca de arrastre dentro de las cinco millas marinas, lo que es ilegal; sin embargo, la ley es un concepto erradicado: no hay ley para estos hombres.

La balsilla esta vez no se usa para pesca selectiva como en la Tortuga (¿
Sechura?) o La Islilla (Paita), sino que forma parte del delito. Luego, se usan sacos rosados para llevar la mercancía ilegal. Las mismas balsillas sirven para cargar combustible y hacer el intercambio. Algunas casi colapsan por la excesiva mercancía.


Mar de nadie

Según Isabel Arisméndiz, presidente de los pescadores de El Ñuro, las denuncias nunca han hecho efecto, pues asegura "son gente de mal vivir" y las pocas veces que la Capitanía de Puertos de Talara ha llegado al lugar, no ha hecho nada. Para el Ministerio de la Producción (Produce), el Gobierno Regional de Piura (GOREPI) debe atender el problema; pero sin presupuesto, ¿cómo se enfrenta? En efecto, la Dirección Regional de Producción (DIREPRO) de Piura, la dependencia especializada del GOREPI, , aduce que no hay logística suficiente para controlar esto: falta personal, dinero y compromiso.

Mientras tanto en Quebrada Verde, se descarga de día y de noche, sin límites, sin balanzas, sin registros. Eso se llama pesca y comercio ilegal. 
En la orilla decenas de hombres en motos y carros esperan la carga para ser comercializada en Los Órganos y Talara.


La necesidad de la Zona

Una propuesta es darle a los pescadores artesanales potestades legales para poder intervenir de manera conjunta con DIREPRO y Capitanía, entonces enfrentar este tema. Incluso, la creación de la Zona Reservada Mar Pacífico Tropical permitiría un espacio para resolver éste y otros problemas, como la depredación de las especies que ha generado escasez en otros mares y continentes. En todos, la propuesta de zonas o áreas protegidas para el manejo responsable son las que han dado resultado.

La Zona comprende a Isla Foca, El Ñuro, los arrecifes de Punta Sal (Tumbes) y el banco de Máncora, que se ubica a unos 20 km mar adentro frente a estas costas. El resto de espacios está dentro de las primeras cinco millas marinas. 
Y aunque el presidente del Perú –sea Ollanta Humala o el electo Pedro Pablo Kuczynski-firmara el decreto que crea la Zona, la norma tiene carácter transitorio. En otras palabras, permite la prospección del espacio; si no se halla nada valioso, se desestima.

Recordemos se ha declarado que el 70% de la biodiversidad marina del Perú está entre
Piura y Tumbes, por lo que una desestimación es teóricamente improbable. Quienes se oponen a la Zona sostienen que pescadores de la bahía de Sechura están siendo encarcelados por el GOREPI y la DIREPRO, lo que sería inexacto. Mas bien, quienes fueron detenidos portaban aparejos prohibidos por la ley para ser usados dentro de las cinco millas, y han sido procesados por el delito de flagrancia.

La ley prohíbe llevar redes de boliche dentro de esa franja, pues no corresponden a la pesca artesanal sino la industrial que sí está permitida fuera de ella. El problema es que los pescadores industriales suelen cruzar ese límite y trabajar ilegalmente, como lo han denunciado varios pescadores artesanales. 
Bajo este argumento legal, se debería procesar por flagrancia a quienes trabajan en Quebrada Verde.

Altos funcionarios del viceministerio de Pesquería, que depende de Produce, dicen que por esta razón la Zona no debe aprobarse. 
En los restaurantes de la playa, esta controversia es ignorada, haciendo que turistas nacionales y extranjeros (especialmente) se conviertan en cómplices involuntarios de la depredación del mar por el que pagan muy bien y gozan sin mayor remordimiento.

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