Lenguajes de programación en las escuelas
Por qué
es bueno que los y las estudiantes sepan cómo hablarle a una
computadora.
Por Nelson Peñaherrera Castillo. Fotos
Cortesía Iván Rotta
Saavedra.
SULLANA, Piura – La primera vez que me senté frente a una computadora fue en 1986. En realidad fue frente a algún teclado Atari o Commodore conectado a un televisor en blanco y negro de 14 pulgadas durante un curso de vacaciones útiles.
Era la
época en que Michael Knight se la pasaba hablando con la computadora de un auto
Pontiac en una emblemática serie de televisión, aparentemente de
ciencia-ficción, para entonces. Hoy, mucho tiempo después, le hablo a la
computadora de mi celular inteligente cuando necesito respuestas verificadas
sobre temas puntuales con los que, incluso, escribo este artículo.
No solo
estamos hablando de inteligencia artificial. Antes que ella, el proceso
de administrar órdenes y tener resultados tiene que ver con programar el
dispositivo para que me dé un producto o
resultado.
En una etimología
libre, programar significa “escribir o delinear con antelación”, y en el mundo
de la computación
significa establecer un conjunto de órdenes o instrucciones dentro de una
secuencia lógica para lograr un resultado. La definición es mía, por si acaso,
pero tiene que ver con algo llamado pensamiento
lógico, nuestra capacidad para entender el mundo que nos rodea, y cómo
todo eso se relaciona porque se le parece o se le diferencia.
Fido,
encera el piso
Piensa
en tu perro. Si
se te viene a la cabeza el concepto de hueso o juguete, o quizás
algo más relativamente abstracto como mascota, y todas las realidades y
sentimientos que ello provoca, vamos por el lugar correcto.
Incluso
puedes ‘programar’ a tu perro para que siga órdenes concretas,y si no se las
das, el perro se ‘programa’ para reaccionar ante situaciones concretas y
resolver problemas. Claro que si estableces un diálogo, y salvo que la ciencia
nos indique otra cosa, el perro llega a esos niveles apelando a su instinto y
su intuición.
Algo
parecido pasa con tu lap-top, tu celular o hasta tus electrodomésticos. Claro
que no podrás sacar a darle un paseo a tu aspiradora-lustradora por el parque,
pero uno de mis hermanos tiene una en casa a la que puede manejar con comandos
de voz de manera presencial o por una aplicación de internet. El aparato usa
rayos láser de baja potencia para conocer el entorno y lo va grabando en su
memoria; de ese modo, cuando el usuario se lo pide, sabe por dónde sacar el polvo y dejar el
piso como un espejo.
El salón de clases en una app
Para
llegar a esos resultados, se requiere crear y establecer un vínculo con tu dispositivo: “Los
lenguajes de programación son los medios cómo yo me comunico con una
computadora”, me explica el ingeniero de sistemas Iván Rotta Saavedra, en
Sullana. No estamos hablando de vanguardia, sino de al menos ocho décadas de
rápido desarrollo hasta llegar al concepto de la automatización,
que se ha diseminado lentamente por el planeta.
Especialistas
advierten que en la medida en que no solo nos adaptemos a esa realidad sino que
pasemos de la dimensión de usuario a la de generador de contenidos, es probable
que nuestro futuro profesional esté garantizado.
Por eso
la educación
actual está apostando a enseñar lenguajes de programación a niños y niñas desde
el pre-escolar, no con la complejidad de estudios de pregrado o posteriores,
pero de alguna forma la generación que apenas nos llega a la cintura es nativa
digital, así que puede engancharse a este conocimiento de manera veloz muy
al margen de si está en campo o ciudad. Lo que falta es garantizarles el acceso
a tecnología y conectividad de alto rendimiento.
¿Y para
qué me sirve?
“Sin
embargo, yo encuentro que no se está siguiendo una metodología”, critica Iván
Rotta. “Enseñar un lenguaje de programación sin tener un fin especial no tiene
sentido”. En efecto, su tesis de
licenciatura fue sobre cómo emplear la robótica y la realidad aumentada para
lograr resultados útiles en entorno educativo.
Por lo
pronto, Electronoroeste
anunció que está capacitando a 300 docentes en Piura y Tumbes sobre el uso de Scratch,un
lenguaje de programación más a tono de juego, que permite elaborar pequeñas
aplicaciones con las que se puede mejorar la experiencia de
enseñanza-aprendizaje;
El paso
que deberíamos dar es cómo quienes no somos ni estudiantes ni docentes nos
integramos a la experiencia de aprender, comprender, practicar, crear y
compartir. De ese modo, podríamos dar un salto casi cuántico en el rubro
tecnología más allá de cuál sea la política gubernamental o por dónde vaya tu vocación
profesional.
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