Cúidate cielo (te vemos desde tierra)

Conoce todo lo que se necesita para decirte si vas a sentir más o menos calor.   


Por Axel Córdova Vásquez, Manuel espinoza Castrejón, John Flores Mondragón, Luis Olivares Bernal, Stepany Sánchez Imán y Juan Sernaqué Ordinola.  Fotos por los autores.





CASTILLA
, Piura – A diferencia de otros países, en Perú no hay mucha cultura de consultar el pronóstico del tiempo; sin embargo suele fustigársele, especialmente si no acierta con el estado actual. Aún así, más gente de la que imaginamos está pendiente de esta información. En el Perú, existe un organismo oficial que se encarga de su monitoreo, el SENAMHI, y en el mercado hay personalidades como Abraham Levy o incluso AccuWeather (utilizada por FACTORTIERRA) para saber cómo vestir, cuándo sembrar o si vale la pena hacer una fiesta al aire libre. 


Todos los datos provienen de estaciones meteorológicas repartidas a nivel nacional, incluyendo la que monitorea la Universidad Nacional de Piura (UNP) en Miraflores, distrito de Castilla, que ‘observa’ lo que pasa en la atmósfera y el suelo en un radio de 30 km a la redonda. También recibe informes de todo el departamento, todos los días de la semana incluyendo feriados.  La estación meteorológica de Miraflores tiene dos áreas: agrometeorología, que mide la temperatura del suelo, y climatología, que toma los valores de temperatura del aire y humedad, que son los mayormente usados en el pronóstico del tiempo.

El primer área consta de geotermómetros enterrados a diferentes profundidades. “Nos importa buscar valores para el comportamiento del suelo”, explica la especialista Milagros Córdova. En efecto, los instrumentos están a 2 cm, 5 cm, 10 cm, 20 cm, 30 cm, medio metro y un metro, de tal forma que se tienen valores diferentes.  “A mayor calentamiento solar, los valores de la temperatura van bajando; pero en algunos casos a las 2:00 pm., los valores aumentan”, agrega la especialista.




   Sin embargo, no basta la profundidad sino la cobertura del suelo. Por eso, la estación tiene tres ambientes: uno donde está desnudo, otro donde la cobertura es césped, y el último donde solo hay hojarasca. De ese modo, las lecturas también son diferentes.
  “Uniendo los tres valores y aplicando fórmulas, se obtiene un solo valor”, concluye Córdova.

El área de climatología tiene una caseta o abrigo meteorológico protegido con un rompevientos para evitar la alteración de los datos.  Consta de un aspirotricrometro, que nos da la temperatura del termómetro seco y la del termómetro húmedo. Los dos son iguales pero el húmedo tiene una telilla que, al humedecerse y por tanto ponerse más fría, permite conocer la temperatura del momento.

La humedad relativa ambiental se calcula mediante la oscilación de ambos instrumentos, y se comprueba con una tabla simétrica.
  También tiene un termómetro para temperaturas máximas y otro para temperaturas mínimas. Ésta es la información que usualmente se envía al SENAMHI y se distribuye a los medios de información.




Pero últimamente los medios están buscando más valores meteorológicos, como la humedad relativa, para lo que la estación tiene un hidrógrafo, que da lecturas cada 60 minutos. Así, combinando temperatura con humedad, es posible obtener la sensación térmica o cómo el frío o el calor es percibido por los seres humanos.


Otro valor que ahora buscan los medios es la dirección e intensidad del viento, el que se puede pronosticar usando agua; mejor dicho, la temperatura del agua. La estación tiene un tanque de evaporación, que incluye un vaso con un orificio y una regla micrométrica para conocer el nivel del agua, el que se cambia cada 15 días.
 Los anemógrafos permiten tener lecturas más precisas del viento tanto a baja altura como al tope de la torre de la estación, a donde se sube cada dos semanas a verificar su funcionamiento. 


Mientras tanto, los pluviógrafos no solo dicen cuánta lluvia cayó, sino cuánto duró.  Un heliógrafo permite calcular las horas de brillo solar. Se trata de una esfera de cristal que no sirve para predecir el futuro, mejor dicho no el azar, sino cómo está interactuando el Sol con las nubes, al estimular una membrana que está dentro de la esfera.
Adicionalmente se estudia la nubosidad media, y en especial las nubes cirrus que son copos de nieve suspendidos a 9000 metros de altura, visibles desde tierra como filamentos. Su comportamiento revela cómo se está moviendo el viento.

Finalmente se verifica la presión atmosférica mediante un barómetro, que da sus valores en milibares, y un microbarógrafo, que los da en columnas de mercurio por milibares. 
Y si sabes cómo corre el viento, cuánta humedad hay o si hace frío o calor, sabes si lloverá o no, y dónde. “No puede perderse ninguna información”, enfatiza Córdova.

Adaptado del informe dentro del curso Cambio Climático y Calentamiento Global de la Escuela Tecnológica Superior de la Universidad Nacional de Piura.

 

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